Hacia un nuevo modelo de interpretación históricalas aportaciones de las ciencias sociales al estudio y compresión de la historia
- Díaz Marcilla, Francisco José
- María Antonia Carmona Ruiz Director/a
- Pilar Gil Tébar Directora
Universidad de defensa: Universidad de Sevilla
Fecha de defensa: 03 de diciembre de 2013
- Fernando Sánchez Marcos Presidente/a
- Daniel Rodríguez Blanco Secretario/a
- Claudia Möller Recondo Vocal
- Sol Tarrés Chamorro Vocal
- Carlos Barros Guimeráns Vocal
Tipo: Tesis
Resumen
El título que he elegido para la presente tesis doctoral –Hacia un nuevo modelo de interpretación histórica: las aportaciones de las Ciencias Sociales al estudio y comprensión de la Historia– puede resultar ambicioso, pero responde principalmente a una cuestión que, a mi juicio, es muy necesaria para los estudios históricos: la colaboración interdisciplinaria y la amplitud epistemológica de miras. Empiezo usando una preposición como es “hacia” precisamente porque pretendo indicar una dirección que se quiere tomar con una doble finalidad. Por un lado, una finalidad de necesidad pues en la recién estrenada segunda década del siglo XXI se hace perentoria la búsqueda de un sentido para los estudios históricos, como así lo demuestran propuestas colectivas e individuales pasadas y recientes, aunque no terminen de tener un eco similar al de la tradición de Annales, o al del materialismo histórico en el mundo académico actual. Por otro lado, he usado la preposición “hacia” por su valor semántico de inicio sin especificación de conclusión. Soy consciente en este sentido que este trabajo trata de contribuir a ese esclarecimiento del quehacer del historiador en la sociedad actual, que acabo de mencionar, pero no dará recetas conclusivas pues la Historia es, como sugiero en el mismo título, una “interpretación” y como tal, depende de la subjetividad de cada historiador la manera en que se expliquen los acontecimientos históricos. Sólo con la pluralidad de subjetividades nos acercaremos a la objetividad científica. Cuando apelo a un “nuevo modelo” me refiero a un nuevo patrón de lectura de los hechos históricos, al que se aspira, en este caso, a través de las Ciencias Sociales. Es un nuevo modelo en cuanto nuevo modo de enfocar los estudios históricos. No quiere decir tampoco que no haya sido utilizado ya, sino que no lo ha sido suficientemente –es en ese sentido que sigue siendo “nuevo”– y de ahí la voluntad de recalcar este planteamiento en el presente trabajo. Hay que poner en relación esta aspiración con la aclaración que aparece en el título. Se trata de un “nuevo modelo” basado en “las aportaciones” ya hechas “al estudio”, así como aquéllas que pueden ayudar a la “comprensión” de la “Historia”. Por este motivo, a lo largo de la presente tesis se tratará de explicitar cuáles han sido esas aportaciones que se han hecho desde el ámbito de las Ciencias Sociales a los estudios históricos, así como las posibilidades que se derivan de una extrapolación efectuada desde una óptica interdisciplinar y la beneficiosa contribución que esto conlleva para un mejor entendimiento del desarrollo de los procesos históricos. Desde un punto de vista estructural, como ya he dicho, el prisma desde el que se van a configurar los contenidos de esta tesis va a ser el histórico. El eje vertebrador de la misma serán las relaciones a todos los niveles entre las Ciencias Sociales –Antropología, Sociología y Psicología– y la Historia, pues son las ciencias que más puntos de contacto han tenido y que más pueden beneficiarse mutuamente a nivel epistemológico y metodológico. He delimitado el ámbito de reflexión –ciencias con el ser humano en su dimensión social, la plasmación de la interdisciplinariedad y ejemplos de historia medieval– también por cuestiones de espacio y de tiempo, pues abarcar todos y cada uno de los nexos que existen y pueden existir entre la Historia y el resto de Ciencias Sociales conllevaría un tiempo de realización y una extensión que superarían con creces los plazos lógicos de una tesis doctoral. Por este motivo, esta tesis tiene como uno de sus objetivos principales hacer una defensa clara de lo que podría denominarse como “eclecticismo”, es decir, un posicionamiento teórico y metodológico que apueste por la interdisciplinaridad en los planteamientos preliminares, así como en su elaboración y su resolución; que se adapte a cada investigación utilizando los recursos conceptuales y metodológicos de las ciencias sociales que más convengan. A este respecto, ya en algunas publicaciones se ha dejado constancia de la unicidad en el objeto de estudio por parte de las ciencias sociales: todas estudian el mismo conjunto de realidades sociales y humanas, sólo que desde una óptica diferente para dar respuesta a preguntas diferentes. Así pues, esta tesis es eminentemente una reflexión sobre Teoría de la Historia, con mayúscula, o incluso más acertadamente –como habrá ocasión de demostrar–, sobre Teoría historiográfica, en su vertiente teórica pero también en la práctica. Precisamente por este motivo, haré alusión, en el primer capítulo, a lo que se suele denominar “estado de la cuestión” respecto a cómo se ha ido avanzando por el camino de la interdisciplinariedad a través de las distintas tendencias historiográficas desde la instauración de la Historia como disciplina académica hasta nuestros días más inmediatos. Se hará por tanto un recorrido por las aportaciones en ese sentido por parte de los investigadores adscritos en mayor o menor medida a las principales tendencias interpretativas del pasado (historia tradicional, los annalistas, los materialistas, los microhistoriadores, los macrohistoriadores, y el largo etcétera de posturas historiográficas). Como complemento a ese capítulo, se analizarán brevemente los principales hitos en los estudios interdisciplinarios separadamente entre la Historia y cada una de las ciencias sociales señaladas, terminando con una reflexión acerca de los problemas a afrontar y de posibles soluciones de cara a continuar por la senda de la colaboración científica. En el segundo capítulo me detendré en señalar todo el bagaje teórico aportado por las Ciencias Sociales indicadas que puede ser potencialmente útil para los estudios históricos sobre la base de unas premisas claves planteadas por mí: la existencia de lo que he denominado constantes históricas –con aclaración de este concepto, a priori, extraño y descartado académicamente– que ayudan a entender mejor los procesos históricos. El análisis será gradual, pasando de las cuestiones relativas a un ser humano en concreto, después a las que afectan a la conformación de grupos sociales, y terminando con las que repercuten sobre el conjunto de una sociedad histórica. Los dos últimos capítulos de la tesis son los relativos a temas metodológicos, presentando en el tercero las diferentes posibilidades procedentes de la práctica psicológica, antropológica y sociológica aplicada a los textos históricos, utilizando algunos ejemplos ilustrativos. Muy ligado al tema metodológico se encuentra la cuestión de la utilidad misma del quehacer histórico y de la finalidad del trabajo científico, por lo que desarrollo también ese punto a través de la implicación social del historiador –el compromiso– y del objetivo pedagógico último de cara a reverter en la sociedad todo lo que se avanza en el ámbito académico. En la última parte, se ejemplificarán los postulados de los que he partido en los estudios previos a la tesis, mediante un ejemplo concreto estudiado más a fondo: el Cancionero de Baena, obra en verso del siglo XV en la que participaron unos 50 poetas de la época y anteriores. Las características del libro dan mucho juego para plasmar todos los aspectos interdisciplinares que muestro en los capítulos precedentes: la componente psicológica para el autor de la compilación, la sociológica para el conjunto de poetas que participan en ella, y la antropológica para evidenciar el imaginario colectivo y las mentalidades de un grupo social específico.