La creación del bestseller. Evolución del género a lo largo de la historia. La fórmula mágica del éxito editorial

  1. Riesco Suárez, Nerea
Dirigida por:
  1. Manuel Ángel Vázquez Medel Director/a

Universidad de defensa: Universidad de Sevilla

Fecha de defensa: 15 de enero de 2020

Tribunal:
  1. José Ignacio Aguaded Gómez Presidente
  2. Cristina Pulido Secretario/a
  3. María Amor Pérez Rodríguez Vocal
  4. Francisco Linares Alés Vocal
  5. Elisa Alonso Vocal

Tipo: Tesis

Teseo: 610633 DIALNET lock_openIdus editor

Resumen

Por lo general se tiende a denostar el llamado género bestseller considerando que los libros tildados con este “sobrenombre” carecen de calidad. Para muchos, el mismo término que se utiliza para definirlos (best seller = El más vendido) parece indicar que se trata de obras de puro entretenimiento donde la calidad literaria queda en entredicho. El caso del bestseller es curioso; amado y odiado al mismo tiempo. Los editores lo persiguen, los lectores ansían tenerlo entre sus manos, los escritores sueñan con aparecer en la lista de los más vendidos y los críticos más críticos lo consideran un mal a combatir. Y no se trata de un pálpito moderno. Estas lecturas, llamémoslas “populares”, ya despertaban pasiones antes de la llegada de Colón a América. Juzgar como intelectualmente inadecuado lo que le gusta a una amplia mayoría de población no es un fenómeno nuevo; ni siquiera surge a raíz del nacimiento de la acuñación del término bestseller. En tiempos de Cervantes, se vertían duras críticas contra las novelas de caballerías (tan en boga en su época). Ellas dan el sentido a la obra de universal autor. Y lo mismo sucede en Madame Bovary, donde la vida de la protagonista se ve dramáticamente influida por la lectura de novelas rosa por parte de su protagonista. Sin embargo, las aventuras de El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha fue (sigue siendo y será) un bestseller desde el mismo momento en el que salió de la imprenta. El Quijote es la primera novela que se traduce rápidamente a otros idiomas, que se reedita, que (y esto es un fenómeno que continúa sucediendo en la actualidad) alcanza tanto éxito, se vuelve tan popular y deseado por los lectores que otros muchos escritores quieren coronarse con ese laurel y terminan por copiarlo. Sin embargo no solemos referiros al Quijote como bestseller, sino que la consideramos una de las obras cumbres de la literatura universal. ¿Acaso que una historia le guste a mucha gente la convierte en un género menor? ¿Cuál sería la razón por la que algo que le gusta a mucha gente es considerado de calidad dudosa por otro grupo de gente? ¿Por qué ocurre esto solo con la literatura? En la mayor parte de las demás artes (pintura, arquitectura, escultura…), cuanta más gente admire una obra, mejor considerada está ante el resto de la humanidad. Si rascamos un poco, pronto este paralelismo entre la obra más vendida con la obra de mala calidad se nos cae de las manos. Al adentrarnos en el análisis del bestseller nos damos cuenta de lo complicado que resulta afinar con el objeto de estudio pues corremos el riesgo de mezclar “churras con merinas”. ¿Todos los libros que arrasan en ventas son considerados bestseller? Existe otra cuestión: ¿Es el bestseller un género literario en sí mismo? En realidad sería intentar clasificar un producto literario por un concepto extraliterario (su condición mercantil). Por no hablar del interés en que, en un determinado momento, pudiera tener la sociedad a la hora de demandar ciertos géneros, estilos, temas… y que sea eso mismo lo que establezca que una obra se convierta en un superventas o no. Habría que analizar también en qué medida nos influyen las críticas literarias, los comentarios de nuestros amigos, los medios de comunicación, la destacada fajilla que señala que “ese” libro en concreto lleva ya más de un millón de ejemplares vendidos… a la hora de decantarnos por adquirir un título y no otro. Eso determina la aptitud con la que nos acercamos a este tipo de libros (Teoría de la recepción), ¿somos capaces de aislarnos del mundo? ¿Esto quiere decir que, sin sutiles (o gigantes) estrategias comerciales no hay bestseller posible, por muy seductora que sea una obra? Mucho más que un tipo específico de lector lo único que de verdad podría explicar un éxito de ventas es una actitud de lectura, un lector cómplice que acepta las reglas del juego. Pero hay ocasiones en las que la operación mercantil se opera después del éxito. Y eso entraría en contradicción con lo dicho con anterioridad: sin el poder de seducción de una obra literaria la mercadotecnia, por muy elaborada que sea, no tiene nada que hacer. ¿En qué quedamos entonces? ¿Cuál es la fórmula del éxito literario? ¿Encanto? ¿Actitud lectora? ¿Difusión mediática? ¿Una buena historia? ¿Una estructura concreta? ¿Un tema de actualidad? ¿El género literario de la novela en cuestión? ¿O es la fama del autor quien determina el éxito de la obra? ¿El autor de bestseller trabaja con un plan bien estructurado? ¿Juega el autor con los conocimientos previos de los lectores? ¿Con los temas comunes? Cuántas preguntas para cuyas respuestas siempre encontraremos un ejemplo de novela exitosa que proporcione una respuesta afirmativa. ¿Podría ser entonces que existieran muchas clases de bestseller? Por otra parte, este trabajo podría resultar ingente si dedicase el estudio a cada uno de los elementos que intervienen en el proceso de comunicación. A saber: emisor, receptor, código, canal, mensaje y contexto. Escribir una novela no es fácil. Escribir una buena novela es más difícil aún. Si además se pretende que esa novela se convierta en un éxito de ventas, no solo habrá que calcular la calidad e interés que despierte la obra, sino de un buen número de agentes externos sobre los que el autor carece de potestad. Si escribir novelas de éxito fuese fácil, muchos estarían escribiendo novelas populares y ganadoras de premios, y otros muchos las estarían editando. Para conseguir que un libro se convierta en un bestseller en primer lugar hay que tener una buena historia que contar pero, sobre todo, hay que saber cómo contarla. ¡Y luego contarla! Una vez la novela vuele sola, tendrá que enfrentarse a las modas del momento, a la tirada más o menos extensa que le dará visibilidad en las librerías, a la inversión en promoción que quiera hacer la editorial, al momento económico que se viva en el país, al mercado saturado de títulos, al criterio de selección del librero que puede debatirse, a la hora de colocarla en un lugar destacado de la mesa de novedades, entre una obra o la de otro superventas, o la de una mega estrella de la televisión. Existen, por tanto, infinidad de circunstancias ajenas al texto que pueden determinar el éxito o el fracaso de una novela y que quedan fuera del control del creador de la obra y que a mí, como novelista, no me interesa en absoluto investigar. Es por ello que he decidido centrarme en los elementos que atañen al emisor, así como en el mensaje. También quiero dejar claro que, pese a que existen numerosos ejemplos de ensayos, guías de viajes, tratados, manuales, biografías, diarios, libros de divulgación científica, de autoayuda… que han logrado convertirse en éxitos de ventas, he decidido centrarme en obras de ficción y, en concreto, en novelas. Es por ello que, buena parte de la bibliografía de esta tesis, está conformada por obras de comprobado éxito, que forman parte de la historia de la literatura y del ideario común y que han sido seleccionadas en base al número de ejemplares vendidos.