Crisis permanente del sistema político-económico-territorial mexicanoZacatecas y los problemas de desarrollo regional

Resumen

Capítulo I: Entorno Nacional En los tiempos que corren el tema central en México no es tratar de explicar cuál ha sido el comportamiento de su economía, no centrarse en buscar u ocultar el muy lento crecimiento que le ha caracterizado en los últimos veinticinco años. No intentar minimizar el alto costo económico que se expresa en la pauperización creciente de grandes segmentos de mexicanos, con el discurso de una crisis heredada por el antiguo régimen, cuando se ha demostrado que con la llegada de la derecha declarada al gobierno (elecciones del año 2000 con Vicente Fox) los niveles de empobrecimiento se incrementaron con el desplome real de sus ingresos y los sistemas de servicios médico-asistenciales y educativos sufrieron grave deterioro impactando directamente en la calidad de vida de millones de compatriotas. Capítulo II: Orígenes, retos y perspectivas de la plancación en México Aunque el país de manera formal pertenezca a la OCDE, donde sus países miembros destinan hasta un 80% de su gasto público a servicios sociales, construcción de infraestructura, pago de pensiones, inversión en salud, educación y apoyo a personas en situación de vulnerabilidad, lo que pone en evidencia una administración pública moderna, por contraparte en nuestro país permanece (en sincronía con la venalidad de políticos y oligarquías aldeanas) una estructura redistributiva basada en la inequidad. El goteo hacia abajo no ha funcionado. La profundización del esquema neoliberal ha traído consigo efectos inocultables; la consolidación de grupos que se conformaron para adquirir empresas anteriormente en manos del Estado, como es el caso de las instituciones bancadas. Algunas enormes fortunas han sido construidas prácticamente en este periodo que se ubican entre aquellos que encabezan los grupos financieros que hoy demuestran que forzaron el proceso de concentración y centralización, sin el cual no se puede explicar la crisis actual. La llegada de un partido de derecha al gobierno, triunfo atribuible al hartazgo de la población a los niveles de corrupción practicada y fomentada por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), la esperanza de mucho mexicanos se vio truncada porque, en lugar de desmantelar un sistema autoritario, instaurar el estado de derecho, y volcar la economía a subsanar la precariedad de la mayoría de los mexicanos, los antiguos códigos y reglas políticas permanecieron y el sueño de establecer instituciones democráticas se diluye. Vicente Fox (2000-2006) y Felipe Calderón (2006- ) sólo han demostrado capacidades muy limitadas, un profundo déficit de talento para enfrentar la profundización de la crisis. Después de ocho años de gobierno del Partido Acción Nacional (PAN) los cambios son imperceptibles respecto a los gobiernos del PRI. Priístas y panistas sólo exhiben un rostro lastimoso y sombrío lo que les convierte en simples marineros del Titanic mexicano. Las regiones y ciudades mexicanas se encuentran en crisis por obsolescencia o falta de infraestructura, la estrategia gubernamental no ha logrado hacer de ellas espacios ordenados urbanísticamente, con fuertes inversiones en infraestructura y consolidación del Estado de derecho. La crisis de las ciudades se manifiesta por carecer de una infraestructura moderna, caos en el ordenamiento urbano y de la más elemental coordinación entre los tres niveles de gobierno y por un incremento de la informalidad y la inseguridad. Aquí cabría hacer algunas preguntas elementales: ¿cuántos millones de pesos o puntos del PIB cuesta la permanencia de este caos en las ciudades? ¿cómo pueden las ciudades mexicanas ser competitivas en un entorno económico globalizado, careciendo de una estrategia territorial y sin la construcción de infraestructuras y equipamiento necesario? Si bien no existe una respuesta convincente a este problema, lo que está claro es que el desorden territorial y la crisis ambiental han impactado directamente la productividad de las ciudades incrementando los costos: arrastre de mercancías caros y tortuosos por la crisis de tráfico; aumento del precio del suelo para usos urbanos por la especulación urbana sin freno, insuficiencia y baja calidad de servicios de agua entubada, transporte, pavimentación deficiente, aumento en las cargas impositivas, etc. Por lo que se requieren de políticas que generen las condiciones para un crecimiento urbano más vinculado a su entorno, una estrategia que evite la reproducción de las 'megalópolis' como el Distrito Federal y su zona conurbana (Estado de México), la frontera norte y algunas otras, que son la prueba de la ausencia de una política de ordenamiento territorial a partir de las regiones. Capítulo III. Migración Lo anterior, entro otros muchos efectos, ha provocado la diáspora de mexicanos que, ante la precariedad laboral y salarial, optan por convertirse en damnificados económicos en los Estados Unidos, dirección principal de los flujos migratorios y la pérdida poblacional de la mayoría de los estados y municipios del país (hoy reconocidos mas por lo que representan en términos de envío de remesas por lo que se observa ya un uso de las organizaciones de migrantes con fines de cooptación política, utilización corporativista y clientelar. La actual agudización de la crisis puede incrementar la migración sin retorno y la consiguiente disminución de envío de remesas, por lo que la pobreza y marginalidad puede adquirir dimensiones bíblicas. La violencia ligada al tráfico de enervantes ha superado a la capacidad de respuesta del Estado (en 2008 murieron de manera violenta más de 5 mil personas ligadas al narcotráfico, más que todos los soldados norteamericanos muertos desde la ocupación en Irak); los efectos de la recesión en la economía norteamericana ya se dejan sentir en el desempleo de obreros de la industria automotriz y empresas complementarias (maquilas); la política financiera del país se encuentra a la deriva con altas tasas de interés y esquemas de salvatajc a los grandes corporativos trasladando la depreciación de nuestra moneda con respecto al dólar a los segmentos más vulnerables. Capítulo IV. Medio ambiente Bajo el esquema actual, también se observa una creciente tendencia a la degradación de los recursos ambientales del país. Los actores sociales han tardado demasiado en comprender que el modelo neoliberal conlleva un mayor deterioro de los bosques y cuerpos de agua, porque el traslado de procesos productivos que son objeto de severas restricciones ambientales en los países centrales, son trasplantados a los periféricos, como el nuestro, donde las normas de protección ambiental son o inexistentes o muy permisivas y la urgencia de empleos una necesidad impostergable. A ello habrá que agregar una escasa cultura de protección ambiental lo que colabora a la destrucción de recursos. Capítulo V: Zacatecas: Un breve diagnóstico final y algunas (una más) justificaciones explicativas de su atraso. El 7 de mayo de 2003, se publica en el Diario Oficial del Gobierno del Estado de Zacatecas la Ley de Planeación del Desarrollo del Estado de Zacatecas. En ella se eleva a rango de ley hacer de la planeación para el desarrollo una política con enfoque social, por medio de políticas públicas que lleven a un incremento de las condiciones de vida de los zacatecanos, principalmente a aquellos que sus condiciones sociales los ubican en situación de vulnerabilidad; con un pleno respeto hacia el medio ambiente en la ejecución de esas medidas, una mayor participación comunitaria, así como los mecanismos de financiamiento y soportes técnicos. Sin embargo, la agricultura no tiene visos de recuperación en el corto y mediano plazos, como tampoco se aprecia un cambio de las políticas públicas hacia la promoción y fomento industrial en nuestra entidad, se puede aprovechar los flujos de remesas como soporte para aminorar las adversas condiciones de amplios sectores de Zacatecas. No cabe duda que la emigración internacional y las remesas familiares están contribuyendo a aminorar los problemas macroeconómicos de los países receptores, y a elevar el bienestar de las familias receptoras; en este sentido, las organizaciones de migrantes establecidas pueden cumplir el rol de corresponsables en el diseño e implemcntación de estrategias de desarrollo regional y local. Para el caso de aquellos estados con larga tradición migratoria internacional como Michoacán, Jalisco, Guanajuato y Zacatecas, por el impacto demográfico, por el nivel de la riqueza generada transnacionalmente por sus poblaciones, por la potencia c importancia de las organizaciones migrantes, se hace impostergable armar políticas sobre migración y desarrollo que posibiliten capitalizar sus aportes y reducir sus costos en una estrategia alternativa de desarrollo regional y local, que, también, desencadenen políticas de carácter e impacto nacional. Es innegable que hasta ahora en esos estados y los que acusan una significativa migración internacional, los gobiernos de esas entidades se han limitado a realizar y promover actividades asistencialcs, festejos patronales, proselitismo político y en el mejor de los casos a la promoción de los beneficios del programa 3x1 para incrementar la construcción de obra en base a las remesas. Aún así, existe una grave carencia de políticas, programas, instituciones de primer nivel, personal con perfil adecuado en términos técnicos y económicos para integrar a las comunidades de origen y los migrantes en una estrategia integral de largo plazo que integre migración y el desarrollo. Se hace impostergable un viraje en la cultura política de la clase gobernante a todos los niveles, que sea incluyente, desde abajo y con perspectiva trasnacional. Ello obligará a que las políticas públicas de desarrollo se diseñen, apliquen y sean evaluadas por la sociedad civil trasnacional y grupos interesados, una especie de contraloría social. En Zacatecas, los planes de crecimiento y desarrollo (1999-2004 y 2005-2010), ubican a la migración y a los migrantes como un sector estratégico para el desarrollo, pero no se activan, de manera seria y comprometida, programas específicos para llegar a ello, se carece de plancación económica real y de una articulación de las distintas estructuras de gobierno. Las buenas intenciones de los planes, programas y leyes no han superado el papel. La fragilidad (económica, política y social) del país obliga a que se abandone la retórica estéril, la simulación y se transite hacia la plancación participativa que aglutine a todos los actores sociales nacionales y trasnacionalcs. Los comités estatales para la planeación deben ser el espacio que aglutine a todos esos actores, a las estructuras gubernamentales y, especialmente a la comunidad trasnacional de los migrantes a ese nuevo tipo de planeación. A grandes rasgos, el trabajo "Crisis Permanente del Sistema Político-Económico-Territorial Mexicano, Zacatecas y los Problemas del Desarrollo Regional" pretende acercarse a las causas de un escenario de desarticulación estructural en México y sus repercusiones en un Estado en especial; Zacatecas. Se trata de hacer un recorrido por algunos fenómenos que inciden en la configuración del rostro actual de este país que, lejos de visualizar salidas a la crisis estructural, éstas se ahondan y amenaza a todo el tejido social. Se pretende una radiografía social, económico, política para tener herramientas metodológicas que nos permitan analizar no solo una profundización de la crisis sistemica heredada por los sucesivos sexenios 'revolucionarios' (PRI) y la ineptitud de la derecha confesional (PAN), sino el escenario que deja el fin de un paradigma. La búsqueda de nuevos caminos del desarrollo pasa por enfrentar el fenómeno de las migraciones y el medio ambiente y, en este contexto, Zacatecas puede aparecer como un laboratorio de la crisis permanente del Sistema Político-Económico-Territorial Mexicano. Una nueva estrategia de desarrollo regional y local que integre a los migrantes y sus comunidades debe tener un enfoque multidimcnsional, de género, de cultura, que considere a los ancianos, niños, jóvenes, el cuidado al medio ambiente y los retos que implica la presencia de la segunda generación de mexicanos nacidos en los Estados Unidos.