Consideraciones hacia los psicofármacos en profesionales y estudiantes de medicina en España, y en profesionales de la medicina en México y en Colombia : un estudio comparativoun estudio comparativo

  1. Montero Bancalero, Francisco José
Dirigida por:
  1. Emilio Moreno San Pedro Director
  2. Jesús Gómez Bejudo Director/a

Universidad de defensa: Universidad de Huelva

Fecha de defensa: 16 de julio de 2014

Tribunal:
  1. Luis Miguel Pascual Orts Presidente/a
  2. María Soledad Palacios Gálvez Secretaria
  3. Andrés García García Vocal
Departamento:
  1. PSICOLOGIA CLINICA Y EXPERIMENTAL

Tipo: Tesis

Resumen

1. Introducción A la medicación psicotrópica se la considera como aquella que ejerce profundos y beneficiosos efectos sobre la conducta, el estado de ánimo y la cognición, aunque con frecuencia, no modifican el proceso de la enfermedad subyacente (Schatzberg, Cole, & DeBattista, 2010). Los tres grandes tipos de psicofármacos más utilizados en el tratamiento de los problemas mentales y los cuales han sido tomados como referencia para nuestra investigación son los ansiolíticos, los antidepresivos y los neurolépticos o antipsicóticos. Ansiolíticos: Los primeros fármacos con efecto ansiolítico selectivo y también hipnótico fueron los barbitúricos (Stolerman, 2010). Las benzodiacepinas, quizá los ansiolíticos mejor conocidos y más extensamente utilizados (Stahl, 2008). Las benzodiacepinas son muy seguras y efectivas en el tratamiento de la ansiedad a corto plazo. (Preston, O'Neal, & Talaga, 2013). Antidepresivos. Los medicamentos antidepresivos incluyen los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina, los tricíclicos y los inhbidores de la monoamina oxidasa, resultando efectivos en el tratamiento de la depresión y la ansiedad comórbida (Leonard, 2001). Los antidepresivos producen un incremento transitorio en el cerebro de determinados neurotransmisores del tipo monoamina, tales como la serotonina y la noradrenalina, bien por la inhibición de su degradación, o bien, bloqueando su reabsorción o recaptación por las neuronas en la sinapsis (González & Pérez, 2007) Antipsicóticos. Los antipsicóticos son medicamentos calmantes usados para contrarrestar la inquietud interior, la agitación psicomotora y el insomnio severo, estados que pueden surgir en los siguientes contextos: psicosis esquizofrénica, especialmente en sus formas paranoide y severa, manía, síndromes psicóticos como secuela de un trastorno orgánico cerebral y depresión, especialmente la que cursa con síntomas de agitación y ansiedad (Spiegel, 2003). La prescripción de psicofármacos en atención primaria, merece especial atención, pues muchas veces se lleva a cabo sin la realización de otras intervenciones previas o paralelas para trastornos mentales y con prescripciones más duraderas que lo recomendable e incluso con carácter indefinido (Galleguillos, Risco, Garay, González, & Vogel, 2003). Los psicofármacos son un grupo de fármacos de elevado consumo en el Sistema Sanitario Español (Romo et al., 2003). Según los resultados del ESEMeD, un 16 % de la población española entrevistada había consumido algún tipo de psicofármacos durante el año anterior a la encuesta, siendo la probabilidad de consumo el doble para las mujeres. Las benzodiacepinas (solas o combinadas) fueron el tipo más consumido con un 11�4 %, seguidos por los antidepresivos con un 4´7 %, dentro los cuales, los de mayor uso fueron los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina con un 59´5 %. Los antipsicóticos fueron consumidos en el 2´1 % de los casos y los estabilizadores del estado de ánimo en un 0´1 % (Codony et al., 2007). El desarrollo de un fármaco es un proceso altamente complejo que comienza por una fase preclínica en la que se evalúa en animales la biodisponibilidad, metabolismo y toxicidad del medicamento, sus efectos sobre dianas biológicas conocidas y la representación de la patología en varios modelos de animales. Después de obtener suficientes datos en estudios con animales, el fármaco puede ser probado en humanos (Schatzberg & Nemeroff, 2009). La Agencia Estadounidense sobre Alimentación y Medicamentos (Food and Drug Administration o FDA) advierte que la medicación psicotrópica puede incrementar el riesgo de suicido, lo que genera preocupación sobre su prescripción en pacientes con trastornos psiquiátricos, muchos de los cuales ya poseen un riesgo incrementado de suicidio. Por ello, los clínicos deben comprender los peligros y beneficios asociados al uso de medicación psicotrópica (Fawcett, Baldessarini, Coryell, Silverman, & Stein, 2009). Los objetivos de esta investigación contemplan el estudio entre profesionales y estudiantes de medicina, y profesionales médicos de México y Colombia de sus consideraciones hacia los psicofármacos, explorando sus actitudes hacia eficacia, efectos secundarios, mecanismos de acción, en relación con sus hábitos prescriptivos, comparando a su vez las diferencias entre estudiantes y médicos, diferenciando también entre españoles y extranjeros. 2. Método La presente investigación es de naturaleza descriptiva-analítica y no experimental (ex postfacto), de carácter transversal, utilizando como procedimiento para la recogida de información, la encuesta y como técnica, el cuestionario, que se basa en la obtención de gran cantidad de información con objeto de caracterizar a una población. La captación de la muestra se llevó a cabo mediante un proceso de difusión del objeto de la investigación adjuntando el enlace del cuestionario on-line. La muestra aceptante ha sido de 210 sujetos, de los cuales el 61'9% se corresponde con profesionales médicos de Atención Primaria de los países de España, México y Colombia y el 38'1% con estudiantes de 5º curso de Medicina de las Facultades de Sevilla y Granada. De entre la muestra de profesionales médicos, el 48'46 % son varones con una media de edad de 46'16 años frente al 38'75% de estudiantes del mismo género, siendo la media de edad de este último grupo 22'74 años. Al no hallarse en ningún caso un cuestionario susceptible de satisfacer a los propósitos de esta investigación. Se creó así el �Cuestionario sobre Actitudes hacia Psicofármacos en Profesionales de la Medicina�. 3. Resultados De acuerdo con lo que a lo largo de esta investigación, ha venido siendo manifestado por parte de la muestra de facultativos perteneciente al país español, se podría describir cuál es el perfil predominante del profesional médico de atención primaria en lo que a actitudes hacia psicofármacos se refiere. Las características globales de dicho patrón podrían detallarse como sigue: · Considera ante cada paciente con problemas mentales la posibilidad de escoger entre un tratamiento psicofarmacológico y uno psicoterapéutico. · Hace uso de una mayor frecuencia de prescripción de psicofármacos frente a la psicoterapia para sus pacientes con problemas mentales. · Prefieren el modelo que defiende que los psicofármacos corrigen un estado cerebral anormal, que son tratamientos para las enfermedades mentales, que su acción terapéutica se deriva de sus efectos sobre la patogenia de la enfermedad, y que la medicación psicotrópica es como insulina para la diabetes (Moncrieff & Cohen, 2005). · Informa de una actitud no claramente definida hacia los psicofármacos y en cambio, muy favorable hacia la psicoterapia. Comparativamente al perfil predominante descrito para el médico español y siempre según la información reportada que la representación de México y Colombia ha venido a aportar al presente estudio, ha sido posible con la prudencia obligada por el tamaño muestral, la concreción del perfil más representativo de profesional de la atención primaria en los citados países en cuanto a actitudes hacia psicofármacos se refiere, el cual quedaría definido por: · Reflexiona ante cada paciente con problemas mentales la posibilidad de escoger entre un tratamiento psicofarmacológico y uno psicoterapéutico. · Hace uso de una mayor frecuencia de prescripción de psicoterapia frente a los psicofármacos para sus pacientes con problemas mentales. · Prefieren el modelo que defiende que los psicofármacos crean un estado cerebral anormal, que son drogas psicoactivas y que sus efectos útiles son consecuencias de un estado inducidos por ellos mismos y que la medicación psicotrópica sería como el alcohol para la ansiedad social (Moncrieff & Cohen, 2005). · Reporta una actitud ligeramente más crítica hacia los psicofármacos que los médicos españoles, e igualmente a favor de la prescripción de psicoterapia. 4. Discusión Parece ser que la prescripción manifiesta de psicofármacos y las actitudes hacia los mismos pudiera estar influida por determinantes culturales que vienen a diferir entre el contexto español enmarcado en Europa por un lado, y el correspondiente a México y Colombia, integrado en América Latina, con una filosofía distinta en torno a la concepción de los trastornos mentales (Raskovsky, 2010). Por último, el alumnado de medicina es el colectivo que se inclina más ampliamente por asumir el modelo de acción de los psicofármacos en el que estos son concebidos como correctores de un estado cerebral anormal y bajo el paradigma de la insulina para la diabetes. En consonancia, parece denotarse una predilección hacia este modelo dentro de las enseñanzas universitarias. Sin embargo, en el ejercicio profesional del contexto español el apoyo a dicho modelo es menor que en la muestra de estudiantes, aunque es el preferido, pese a que el modelo alternativo recorta las distancias de forma relevante. En el contexto latinoamericano, esta situación se revierte, y el modelo alterno que interpreta que los psicofármacos crean un estado cerebral anormal y los asigna al paradigma del alcohol para la ansiedad social sería más predominante que el otro. En nuestro país, la tendencia a considerar que los psicofármacos corrigen un estado cerebral anormal, que tienen un efecto terapéutico para tratar las enfermedades mentales derivado de su acción específica sobre la patogenia de dicha enfermedad, de la misma manera en la que la insulina actúa con respecto a la diabetes, es mayor que la consideración de los psicofármacos como drogas psicoactivas que inducen un estado cerebral alterado con un efecto útil sobre una condición psicopatológica de la misma manera que el alcohol alivia la ansiedad social. Esta diferencia se acentúa para el caso del alumnado de medicina, y todo ello, a pesar de la falta de evidencia sólida a favor de los mecanismos fisiopatogénicos responsables de los trastornos mentales (Moncrieff, 2008), pero cuyas hipótesis (dopaminérgica, serotonérgica y/o noradrenérgica) se enuncian por oposición al efecto del preparado farmacológico, con la misma confusión en términos de validez que una hipótesis formulada para explicar el origen del dolor de cabeza, partiendo del alivio producido por un comprimido de aspirina, llegase a atribuir la génesis del dolor a un bajo nivel de aspirina en el organismo (Pérez, 2007). Aunque las compañías farmacéuticas suelen sugerir lo contrario, no existe correlación entre la ansiedad o la depresión y unos niveles bajos de serotonina (Lane & Muñoz, 2010) Sin embargo, el empeño de una parte de la comunidad científica en aferrarse al hecho de que las alteraciones en la neurotransmisión serían agentes implicados en los trastornos mentales pese a la falta de confirmación objetiva, debería llevar al replanteamiento de tales hipótesis y a desvelar, si es que así sucediese, su vinculación a intereses no científicos (Healy, 2002; Moncrieff, 2008; Pérez, 2007).