Fray José de Sigüenza. Instrucción de maestros, escuela de novicios, arte de perfección religiosa y monásticaedición crítica y estudio

  1. Camacho Domínguez, Sara Ángela
Dirigida por:
  1. Fernando Navarro Antolín Director

Universidad de defensa: Universidad de Huelva

Fecha de defensa: 07 de enero de 2016

Tribunal:
  1. Luis María Gómez Canseco Presidente
  2. Ignacio García Aguilar Secretario/a
  3. María del Valle Ojeda Calvo Vocal
Departamento:
  1. FILOLOGIA

Tipo: Tesis

Teseo: 411351 DIALNET

Resumen

La tesis en cuestión es una edición crítica de la obra �Instrucción de Maestros y Escuela de Novicios. Arte de Perfección Religiosa y Monástica� del maestro espiritual y varón insigne en virtud y letras. Fray José de Sigüenza, historiador general de la Orden de San jerónimo, prior del Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial y Santo Tomé del Puerto, abad de Parraces. Hemos trabajado las dos ediciones existentes en el Real Monasterio de El Escorial. La primera edición data de 1712, con licencia en Madrid, por José Rodríguez. Está compuesta por: resumen de la vida del venerable padre Fray José de Sigüenza, escrita por el padre Fray Francisco de los Santos; un prólogo y argumento de dicha obra, y cuatro tratados. El primer tratado que, a su vez, está dividido en doce capítulos, hace referencia al oficio de maestro de novicios, a las partes que hay que tener para ejercer bien este oficio y a las dificultades que se puede encontrar en el camino. En el segundo, subdividido en ocho capítulos, trata de las principales ceremonias y costumbres de la religión y cómo se ha de comportar el religioso en todo lugar y tiempo. El tratado tercero, titulado �De la oración�, está organizado en diez capítulos y describe lo que enuncian otros grandes autores sobre esta materia que, para nuestro autor, es el principal estudio y ejercicio que tiene que tener el novicio en toda la vida. En este sentido habla de sus partes, de cómo prepararse, de la meditación, de la contemplación El cuarto tratado tiene siete capítulos y se centra en los remedios que ha de tener en cuenta el novicio para luchar contra algunas tentaciones que suelen tener: contra la falta de devoción, contra el ejercicio de las virtudes, contra la desconfianza, contra algunos vicios ... La segunda edición de esta obra es de 1793. En ella, se añaden dos nuevos tratados: uno, escrito por el mismo padre Sigüenza, en la segunda parte de su �Historia de la Orden de San Jerónimo�. El primer tratado añadido contiene el modo en que nuestros padres antiguos formaban a su novicios, de cómo les enseñaban y hacían advertencias de los grandes misterios y sacramentos que se encierran en las ceremonias santas. El segundo es un pequeño tratado sobre la confesión en el cual hace referencia a la manera que tienen de confesarse las personas instruidas y virtuosas. A su vez, en él se concluye el último capítulo de esta obra que, en la primera edición, dejó incompleto el autor. En él, propone otros remedios contra algunos vicios, como el de la tentación de querer dejar el santo hábito. Esta espiritual instrucción va dirigida especialmente a los novicios para que estos se apliquen en seguir la perfección cristiana y proyecten en las virtudes intensas raíces, para que logren su vocación y puedan servir de ejemplo a todos. Para ello, será importantísima la buena educación de esta juventud religiosa. En este libro de oro, el padre Sigüenza plasmó lo que él llevó a la práctica en toda su vida religiosa. Quizás debido a esta coherencia, el maestro espiritual logró tanta felicidad. Nació en Sigüenza, en 1544, y se conoció la viveza de su discurso con apenas doce años de edad. Dominaba la gramática, la retórica y tenía grandes conocimientos filosóficos. Además, sabía de música, tenía aptitudes para la poesía, fue un gran humanista, experto en matemáticas y conocedor del derecho canónico. Pero su mayor inclinación fue hacia la teología expositiva, la verdadera ciencia de Dios, ya que su deseo era comprender lo que fue comprendido por Jesucristo. Llevado por esta inclinación, dejó sus estudios escolásticos, volviendo al Real Monasterio de El Parral, para dedicarse a este profunda motivación, llegando a ser discípulo del Máximo Jerónimo. En este tiempo, llegaron a oídos del rey Felipe II, los sermones que el Padre Sigüenza ofrecía en Segovia. Fue tal la admiración del monarca, que lo mandó llamar a El Escorial para que predicase en las festividades. Leía todos los días dos lecciones a los jóvenes de la escuela para que meditaran, una de arte y otra de las Sagradas Escrituras. Fue en esta época cuando escribió �Instrucción de Maestros y Escuela de Novicios. Arte de Perfección Religiosa y Monástica�, la cual fue tasada en seis maravedís cada pliego. En el monasterio de El Escorial, se encontró con el eruditísimo Arias Montano, en quien Sigüenza descubrió lo que deseaba. Se hizo su discípulo y Montano sentía tanta estima por este, que incluso le dedicó comentarios en algunos de sus salmos. Al retirarse Arias Montano a Aracena, José de Sigüenza lo sustituyó en la Real Biblioteca de San Lorenzo de El Escorial. En 1606, con la edad de sesenta y dos años muere y es enterrado en un sepulcro común de los monjes de este Real Monasterio.