Onoba Aestuaria Vol. I-II

Resumen

Un aspecto fundamental en el estudio del pasado romano de Huelva es la incorporación de un cuerpo documental con todas las intervenciones arqueológicas realizadas con registro de adscripción romana. Esto ha supuesto un grueso importantísimo de esta obra en la que se incluyen tanto aspectos objetivos de la intervención (metodología, descripciones, planimetría, fotografía...) como posibles funcionalidades de las estructuras constructivas halladas. Un corpus que se convierte en la base fundamental de este trabajo, un compendio que nos proporciona los requisitos necesarios para plantear aspectos urbanísticos, políticos, sociales y económicos, en definitiva del funcionamiento y la morfología de esta ciudad hispanorromana del suroeste peninsular. Todos los datos obtenidos nos ha proporcionado los elementos necesarios para esbozar nuestras propias conclusiones sobre la ciudad romana de Onoba. Una de las ciudades de mayor extensión de las localizadas en la actual provincia de Huelva, el puerto exportador de las explotaciones mineras del interior del suroeste de la Bética, el muelle al que a la vez llegaban aquellos productos procedentes del Mare Nostrum y una de las primeras puertas de la ruta atlántica. Sería, pues, su vinculación al comercio marítimo, su actividad portuaria la característica más importante de este enclave desde tiempos pretéritos. Asimismo, abordaremos la explotación de los recursos del mar así como los agrícolas y el modo de explotar la tierra para este periodo histórico, y aspectos controvertidos en la investigación como son la condición jurídica de la ciudad en época romana, y que a día de hoy aún genera controversia fundamentalmente por la escasez de restos epigráficos existentes en la ciudad. Onoba es puerto. Su situación estratégica y vocación marítima son sus características más notables y, han originado, de un modo u otro, su devenir histórico. Así, para poder comprender el periodo romano de la dudad así como el control o implantación de la nueva potencia dominante en la Hispania Ulterior habré que retrotraerse en el tiempo, y conocer la larga tradición marítima de la ciudad y la presencia en ella de aquellos pueblos mediterráneos de larga tradición marinera (fenicios, griegos, cartagineses...). El desarrollo del portus onobensis estaría vinculado al devenir de las explotaciones mineras del sector occidental de la Bética. De este modo, la producción metalúrgica en crecimiento desde momentos augusteos hasta finales del siglo II d.C. se materializa en el puerto de igual forma. En un primer momento las minas se convierten en propiedad del emperador y el puerto adquiriría el estatuto de colonia con el único fin de controlar las exportaciones mineras y proteger los intereses económicos del Estado en la zona. Durante los dos primeros siglos las explotaciones mineras alcanzan su punto álgido y por ende el puerto consigue su máxima actividad comercial con grandes exportaciones e importaciones, y la ciudad alcanzaría su mayor extensión, un importante desarrollo urbanístico, y el auge demográfico para estos momentos. Será a finales del siglo II d.C., momento en el que la explotación metalúrgica desciende considerablemente, cuando comience a advertirse la recesión de la ciudad y, por tanto, del puerto de Onoba. En este sentido, se comprueba a través del registro arqueológico en Huelva como Onoba seguiría la pauta de muchos centros cívicos hispanos en los que la vida urbana entra en crisis en beneficio del ámbito rural. La evolución y la vida de la ciudad romana de Onoba Aestuaria está íntimamente vinculada a la actividad portuaria, siendo el factor económico aquel que ha dirigido su proceso histórico. Onoba es puerto, Onoba es ciudad, Onoba es el baluarte hegemónico más occidental de la Bética, y por cuya situación y economía Roma optó por dotarla de ciertas libertades pero también del control necesario en pro de los intereses del Estado.