Sistema social y orden de génerocambios y permanencias en Providencia y Santa Catalina islas entre 1961 y 2011

  1. Solano Suárez, Yusmidia
Dirigida por:
  1. María Dolores Mirón Pérez Director/a

Universidad de defensa: Universidad de Granada

Fecha de defensa: 07 de julio de 2014

Tribunal:
  1. Cándida Martínez López Presidente/a
  2. Margarita Sánchez Romero Secretario/a
  3. Verena Stolcke Vocal
  4. Mar Gallego Durán Vocal
  5. Mara Viveros Vigoya Vocal

Tipo: Tesis

Resumen

RESUMEN DE LA TESIS ¿SISTEMA SOCIAL Y ORDEN DE GÉNERO: CAMBIOS Y PERMANENCIAS EN PROVIDENCIA Y SANTA CATALINA ISLAS, ENTRE 1961-2011¿ PARA TESEO Doctoranda Yusmidia Solano Suárez Directoras: Ma. Dolores Mirón Pérez y Carmen Gregorio Gil UNIVERSIDAD DE GRANADA, INSTITUTO DE ESTUDIO DE LAS MUJERES DOCTORADO EN ESTUDIOS DE MUJERES Y DE GÉNERO Granada, 2014 Introducción Cuando visité las islas de Providencia y Santa Catalina por primera vez en el año 1999, pude percibir el gran protagonismo de las mujeres en todos los espacios sociales, aspecto que me pareció importante estudiar a fondo. Esa condición tan específica y el hecho de ser una sociedad completa en sí misma, con límites geográficos tan claros y definidos, me parecieron ideales para estudiar además la relación entre ese protagonismo de las mujeres y la situación general de las islas que muchas y muchos calificaban como paradisiaca hasta hace poco. En estas islas se ha logrado mantener particularidades históricas y culturales que las hacen especiales, y además existía una importante bibliografía sobre el primer periodo de su historia, que sin embargo no tomaba en cuenta a las mujeres, y por supuesto no hacia un análisis de género de todos los períodos por los que ha atravesado. Como antecedentes de este estudio puedo señalar que desarrollé en el año 2010 la investigación ¿Mujeres y Relaciones de Género en Las travesuras del Cangrejo (Crab Antics) de Peter Wilson¿ (Solano, 2010), por supuesto referida a las islas de Providencia y Santa Catalina (Caribe Colombiano), la cual utilicé para cumplir con el requisito de obtener el Diploma de Estudios Avanzados, en el marco del doctorado sobre Estudios de las mujeres y de gènero y fue dirigido por la historiadora y profesora de la Universidad de Granada, María Dolores Mirón Pérez. Cuando formulé el proyecto de esta tesis y en el transcurso de su posterior desarrollo, al buscar teorías que me permitieran una mayor comprensión del sistema social y el orden de género, encontré los trabajo de Teresa del Valle y Virginia Maquieira, algunos de los cuales me remitieron a R. Connell , autora en la cual me basé para diseñar los objetivos específicos, la estructura de la tesis y los instrumentos de recolección de la información primaria, como la guía de entrevista. Posteriormente, pero ya tardíamente para incorporar suficientemente en este trabajo, empecé a adentrarme en la producción teórica de los feminismos de la diversidad , entre los que incluyo los feminismos negros, indígenas, poscoloniales y decoloniales, de los cuales también recojo aportes importantes para la interpretación de los hallazgos evidenciados, pero definitivamente las conceptualizaciones de Connell sobre el género constituyen la orientación básica de este estudio. A continuación presento el objetivo general y los objetivos específicos de la tesis: Objetivo general Mediante la realización de esta investigación se pretende develar las permanencias y los cambios que han ocurrido en el orden de género y en el sistema social de Providencia y Santa Catalina islas a lo largo de los últimos 50 años (1961-2011). Objetivos específicos 1. Dar cuenta de cómo se da el acceso a la propiedad de la tierra y del funcionamiento del sistema de herencia en general para mujeres y hombres. 2. Hallar las características del funcionamiento de las familias en los últimos 50 años. 3. Establecer cómo se da la división sexual del trabajo entre mujeres y hombres en Providencia y Santa Catalina. 4. Explorar cómo está distribuido el manejo del poder entre mujeres y hombres en Providencia y Santa Catalina. 5. Examinar las relaciones emocionales, afectivas, las representaciones y valoraciones sociales de lo femenino y lo masculino que regulan el orden de género y el sistema social en Providencia y Santa Catalina. El documento está dividido en seis capítulos, sobre los cuales me detendré brevemente a continuación para explicar a grandes rasgos su contenido. El primero, que he denominado Los diversos y múltiples caminos andados y desandados en el trasegar de esta investigación, lo he dividido en tres apartados. En el apartado inicial hago la presentación de la construcción de mi objeto de estudio. En el segundo abordo el enfoque metodológico y la manera como se desarrolló la investigación, además de presentar los referentes teóricos de la metodología y la ejecución propiamente dicha de la investigación. En el tercer apartado desarrollo mis referentes conceptuales y teóricos de cara a los cuales enfoqué e interpreté los hallazgos del trabajo de campo. En el capítulo 2 me adentro en la sociedad que es mi tema de estudio. Empiezo por presentar el Caribe como macro región de la que hace parte el archipiélago, para enmarcar ahí el contexto geográfico y ambiental de Providencia y Santa Catalina y continuar con la exposición las diversos períodos por los que ha pasado el proceso de poblamiento de las islas, a partir de lo cual elaboré un apartado específico de cómo pudo ser la situación de las Mujeres en esos períodos de la historia de la sociedad isleña. Finalizó este capítulo presentando una síntesis del funcionamiento del Sistema Social y el Orden de Género en las islas hace 50 años, para tenerlo de referencia en el análisis de los cambios más recientes a los que me referiré en los siguientes capítulos y especialmente en las conclusiones. El capítulo 3 trata sobre las relaciones de producción y reproducción en Providencia y Santa Catalina. Muestro cómo se dan desde muy temprano diferenciaciones entre niñas y niños al interior de las familias que se mantienen en la escuela y que luego se expresan en la división sexual del trabajo, pero que, en este caso, al haber recibido las mujeres mayor educación les permite manejar las instituciones públicas de las islas. Se muestra también la división sexual del trabajo en general, en los oficios domésticos, en los oficios tradicionales y en los nuevos oficios. Analizo el funcionamiento del sistema de herencia y cómo está centrado en la herencia de tierras como aspecto generador de acumulación y poder económico diferenciado entre los géneros. Finalmente hago una síntesis de los cambios y permanencias en los principales componentes de las relaciones de producción y reproducción. En el capítulo 4 presento el manejo de las diversas relaciones de poder en Providencia y Santa Catalina a partir de considerar las movilizaciones sociales como formas de poder local y valorar el ejercicio de la autoridad en los ámbitos públicos y privados y explorando quiénes son consideradas las personas más importantes y respetables en las islas, tanto mujeres como hombres. A partir de ello pude establecer que no en todos los casos hay conexión de autoridad con masculinidad y que hay mayor participación de las mujeres que de los hombres en grupos e instituciones públicas. Examiné además cómo se manifiesta la violencia de género, una de las mayores demostraciones de dominación y control, lo mismo que las múltiples expresiones del machismo y presento la valoración de la gente sobre los cambios en las condiciones de las mujeres en las islas. Para concluir realizo una síntesis de las relaciones de poder en Providencia y Santa Catalina, mostrando los cambios y permanencias en los componentes de esta subestructura. El capítulo 5 trata de las relaciones emocionales, afectivas y simbólicas en Providencia y Santa Catalina. Este tema lo asumo a partir de analizar las consecuencias de la dicotomía y oposición de lo femenino y lo masculino, la manera como se conciben el amor, las relaciones amorosas y las relaciones de pareja, entre lo que encontramos la existencia de una monogamia sucesiva en las mujeres, algunos casos de poliandria y una poliginia muy extendida entre los hombres. Expongo cuáles son los manejos de la sexualidad y la reproducción, las manifestaciones de la amistad y las actividades de distracción y entretenimiento. También hago una interpretación de las simbologías de los mitos en general y de los mitos sobre mujeres en particular, así como de las representaciones que se tienen sobre la sexualidad, la sensualidad y la belleza y presento la valoración de algunas mujeres con relación a los tipos de hombres en las islas. Para terminar hago una síntesis de las permanencias y los cambios en los componentes de las relaciones emocionales, afectivas y simbólicas en las islas. El capítulo 6 se denomina Resultados y conclusiones: Transformaciones imprevistas en el Sistema Social y el Orden de Género de Providencia y Santa Catalina y en él parto de retomar los propósitos de este estudio, para en consecuencia seguidamente mostrar las conclusiones del mismo referidas a las permanencias, interacciones e interrelaciones del Sistema Social y Orden de Género actuales. A continuación presento dichas conclusiones: Conclusiones Mediante la realización de esta investigación busqué develar las permanencias y los cambios y ocurridos en el Orden de Género y en el Sistema Social de Providencia y Santa Catalina (Caribe insular colombiano) en los últimos 50 años, para lo cual debí establecer la manera en que han estado conectados, correlacionados, en desfase y/o en contradicción. Por los hallazgos evidenciados puedo concluir que el Orden de Género es co-constitutivo del Sistema Social y que algunas veces los cambios en el orden de género conlleva transformaciones en el sistema social y en otras ocurre a la inversa: el funcionamiento del sistema social requiere cambios en el orden de género, lo cual no significa que siempre y en todo momento se den las respectivas correspondencias. Una vez expuestos los resultados del trabajo de campo en los capítulos 3, 4 y 5, no me queda sino mostrar los resultados de todos ellos en conjunto, lo cual me permite afirmar que en las islas de Providencia y Santa Catalina, en los últimos 50 años, se han dado transformaciones que nadie preveía tanto en el Sistema Social como en el Orden de Género, como expondré a continuación, lo que no niega que se hayan mantenido funcionando ciertas características de ambos, por lo cual las palabras cambios y continuidades en el subtítulo de esta tesis, cobran completa validez. Como conclusión general de este estudio puedo decir que en los últimos 50 años se han producido principalmente tres cambios importantes en el Sistema Social y el Orden de Género de Providencia y Santa Catalina: El primero es la movilización social de la década de los años 90 del siglo XX, como forma de poder local que ha confrontado al centralismo del estado colombiano, que ha ejercido sobre el municipio formas de colonialismo y colonialidad simultáneamente y a los mega proyectos de los capitales extranjeros, que en la división internacional del trabajo implícitamente ejercen el racismo. El triunfo de la Veeduría Cívica permitió dotar al municipio de esquemas de ordenamiento territorial basados en una concepción de desarrollo sustentable y definido por la gente misma. El segundo, que es al mismo tiempo el principal cambio en el orden de género, es el empoderamiento de las mujeres en las principales instituciones de la islas que tiene como muestra fehaciente la dirección en manos de una mujer, Josefina Huffington, del primer cambio que acabamos de mencionar y como corolario la llegada de una mujer, Janeth Archbold, a la alcaldía por elección popular en el período 2008-2011. El tercero es que las dos últimas alcaldías (2008-2011 y 2012-2015) incluida la de la mencionada alcaldesa, han sido ganadas en elección popular por personas procedentes de Bottom House, el sector donde viven las personas de piel más oscura, que descienden de esclavizados y son las más pobres de las islas, lo que significa un cambio de clase en la dirección del municipio. Hay que mencionar que en este sector la gente ha mejorado sus condiciones económicas, lo que se nota por el auge de construcciones nuevas, los nuevos vehículos que poseen y una mayor capacidad adquisitiva de la gente. El primer cambio lo caracterizo como el ejercicio de la autonomía del conjunto del pueblo organizado con relación al centralismo del país que empoderó al sector de personas con clara conciencia ambientalista y al modelo sustentable que defendían. Como he mencionado, la Veeduría Cívica, que fue la propiciadora y protagonista de estos procesos y que supo apoyarse en los entonces recientes cambios constitucionales de Colombia en 1991, está encabezada por una mujer. El grupo que ella lideraba pudo desarrollar en la práctica el modelo sustentable porque las mujeres manejan el turismo, las ONGs, Coralina (corporación institucional de control ambiental) y otras instituciones como el SENA (institución educativa de formación para el trabajo). Este cambio favoreció al conjunto de la población desde el punto de vista estratégico porque garantizó hasta hace poco la preservación de las condiciones ambientales de las islas y que su gente siguiera siendo dueña de la mayor parte de las tierras. La clase alta de las islas, que sería clase media en otros lugares de Colombia, se fortaleció con el manejo del turismo y los habitantes de Bottom House consiguieron empleos en los hoteles, aunque su situación de marginalidad no cambió mucho en esos años. El segundo, como ya dije, fue un cambio principalmente en el Orden de Género que es favorable al conjunto de la sociedad porque la mayoría de ella, que son mujeres, logró poder, reconocimiento y mayor participación en los grupos e instituciones y en la toma de decisiones públicas y privadas. Se podría decir que las mujeres de todos los sectores tuvieron mayor control de sus vidas, generaron ingresos, se educaron más y participaron más ampliamente en la vida social de las islas, incluidas las de Botton House, que se asociaron para ser guías turísticas o como espulgadoras de carne de cangrejo. El tercero es un cambio de la clase y en alguna medida de ¿raza¿ en el poder que ha llevado a que personas procedentes de Bottom House hayan sido elegidas en las dos últimas alcaldías, cuestión que a mi parecer tiene efectos paradójicos que están por evaluarse y en pleno desarrollo. Parece ser que un cierto grupo de este sector ha tenido la capacidad para imponerse sobre los demás y siendo parte de la gente tradicionalmente marginada ahora controla las riendas del municipio, pero el modelo que impulsa me parece que está centrado en el desarrollismo a ultranza, que como dijeron varias personas entrevistadas respecto al gobierno de la alcaldesa, se dedica mucho a invertir ¿en cemento¿, que se desliga de la visión conservacionista de la Veeduría Cívica y comparte la visión del gobierno central de impulsar la llegada de inversionistas foráneos y que ¿no impide la enajenación de las tierras, hoy acelerada en Providencia, sino que propicia la especulación inmobiliaria y al desorden territorial, como al construir un ¿spa¿ sobre un relicto natural e histórico que ha quedado dañado y expuesto a riesgos mayores¿ (Márquez, 2014). Habría que estudiar los efectos para las mujeres de cada sector y clase para poder precisar más el significado de este cambio en el orden de género, pero esto queda para otra investigación. Los cambios en el Orden de Género se dan fundamentalmente en la subestructura del manejo del poder y en el acceso de las mujeres al trabajo remunerado, ambas cosas propiciadas por la mayor educación de las mujeres. Las mujeres que regresaban a las islas con títulos profesionales empezaron a emplearse y a ocupar los puestos directivos en las principales entidades tanto públicas como privadas. Esto no implicó que dejaran de seguir siendo las principales responsables del trabajo doméstico, de las familias extensas, las redes familiares y comunitarias; por el contrario se puede decir que se hicieron responsables de un nuevo frente de trabajo, siendo para algunas una segunda y para otras una tercera jornada laboral. Simultáneamente se pusieron al frente del manejo del sector turístico que se convirtió en el principal renglón económico legal de las islas. Es por ello que las personas entrevistadas destacan como cambios favorables para las mujeres haber ganado el derecho al trabajo remunerado, el derecho al estudio, a ejercer cargos públicos y la capacidad de desarrollar mayores liderazgos. También mencionan el invento de las toallas sanitarias para la menstruación, en lo cual les hallo la razón, pues es un avance tecnológico que facilita la vida de las mujeres. En cuanto al cambio en las familias, además de un cambio demográfico de importancia, que rebajó drásticamente el número de hijas/hijos por familia, se mantiene la familia de crianza, la cual se evidencia en por lo menos la mitad de todos los casos de las personas entrevistadas. Se puede decir que todavía se conserva un sentido de la crianza como responsabilidad colectiva. La familia extensa, las familias de crianza y las redes familiares son una garantía y el fundamento del funcionamiento social de Providencia y Santa Catalina porque todas son formas de ayuda que se garantizan entre un buen número de personas que intercambian servicios de cuidados, apoyo emocional, favores y recursos materiales para garantizar un buen vivir colectivo y en estas son centrales las mujeres. Los cambios en el sistema de herencia también contribuyeron a los cambios en el Orden de Género. Ahora en muchas familias los padres y las madres les dejan la misma herencia a las hijas y a los hijos, al punto en que las nuevas generaciones de mujeres no acepta heredar menos que sus congéneres varones, amparándose en la condición de la legislación colombiana que establece que hijas e hijos deben heredar por igual. Sin embargo, todavía los hombres siguen siendo los principales propietarios de las tierras. Por otra parte las mujeres tienen gran parte de la propiedad sobre las viviendas, lo que ha conllevado a que la patrilocalidad se debilite considerablemente, porque las mujeres ya no deben irse a vivir necesariamente con su marido al sector donde vive la familia de este, sino que muchas nuevas parejas se instalan en el sector de la familia de las mujeres o en sectores nuevos para ambos. Las posadas nativas y los hoteles son principalmente de mujeres. De hecho el negocio del turismo lo inventaron ellas, como se describe en algunas entrevistas. Todos estos cambios dan cuenta de la emergencia de un modelo con características innovadoras, pero que no obedece a procesos motivados por la especificidad del cambio genérico sino que han sido inducidos por las circunstancias y quizá por eso puede ser más susceptible de hacer retroceder. Considerando los aspectos constitutivos de la subestructura del poder, puedo concluir que, si bien históricamente se ha dado una integración desigual de las mujeres y los hombres en la sociedad de Providencia y Santa Catalina alrededor del eje central del poder, que relaciona autoridad con masculinidad, en los tiempos más recientes no es totalmente así, ya que en varios ámbitos las mujeres son de hecho la autoridad, tienen el liderazgo y la representación de la comunidad. En cuanto al control de instituciones y sus formas de organización, ya he mencionado que muchas de estas están en manos de las mujeres, pero el problema que se presenta es que la ideología androcéntrica, que pretende hacer valer su hegemonía, se encuentra aún en las mentes de muchas de las mujeres empoderadas. De mantener las ideologías de la supremacía masculina se encargan los credos religiosos, las escuelas públicas y privadas, los medios de masivos de comunicación, la crianza diferenciada en las familias, las instituciones del Estado, entre ellos los sistemas de bienestar y de justicia. Esta situación en que la autoridad en las casas y las instituciones la tienen las mujeres, pero en lo simbólico la siguen teniendo los hombres, son casos en que algunos cambios en una dimensión del género pueden suceder a una velocidad diferente, o incluso en dirección contraria a los cambios en otra. Así, se producen tensiones o turbulencias en los ordenamientos del género. Es lo que ocurre aquí: las mujeres logran alcanzar poder político y avanzan en el económico, pero en las representaciones simbólicas se sigue dando la misma ideología de supremacía masculina. Se puede afirmar que en una situación como esta, gran parte del poder social es manejado por las mujeres, sin que ello llegue a significar el fin del dominio patriarcal, que se sigue manifestando en muchas otros ámbitos de la vida social, como por ejemplo en la violencia de género de la que son víctimas muchas mujeres todavía. En cuanto al control de la fuerza como núcleo de la estructura del poder, se debe decir que a nivel institucional (fuerzas militares, planeación, maquinaria del Estado) estas son manejadas por el estado central de Colombia y por lo tanto no están en manos de los hombres providencianos, que en este caso constituyen una masculinidad subordinada, a una escala que se puede entender como expresión de colonialismo y colonialidad simultáneamente. Entonces lo que ejercen los hombres de Providencia y Santa Catalina directamente es la violencia de género y como ya hemos dicho, asumen la rudeza que se requiere para arriesgar la vida como capitanes de las lanchas rápidas (go fast) para llevar cocaína a puertos extranjeros al servicio de redes internacionales y nacionales del narcotráfico. Esta masculinidad subordinada de los hombres de Providencia y Santa Catalina se manifiesta como machismo que, de acuerdo a las mujeres entrevistadas para esta investigación, se desarrolla desde temprano en la familia cuando las madres y los padres ponen a sus hermanos a acompañarlas y a cuidarlas, lo que evidentemente les va confiriendo autoridad, capacidad de decisión y control sobre ellas. También se evidencia en la falta de compromiso de los hombres con los oficios domésticos y en el hecho de que las mujeres tengan que hacerse responsables totalmente de los mismos. Otra manifestación se da cuando los hombres ¿marcan territorio¿, práctica que consiste en demostrar que la mujer les pertenece como propiedad privada, ser posesivos, celosos e impedir que las mujeres refuercen su red de relaciones familiares y de amistad. En fin, se manifiesta también a través de un manejo desigual de los derechos y posibilidades entre la pareja y cuando los hombres quieren mandar y tener varias relaciones sin que las mujeres puedan hacer lo mismo. En otras palabras, quieren ser la autoridad y tener privilegios en las relaciones con las mujeres. Todo esto lo puedo interpretar como intentos de hacer valer la hegemonía que tradicionalmente han tenido los hombres, así sea, como en este caso, por medio de masculinidades subordinadas. En cuanto a los cambios en lo emocional, afectivo y simbólico, en Providencia y Santa Catalina sí se percibe una dicotomía y oposición de lo femenino y lo masculino y además se promueve el modelamiento de manifestar el deseo sexual a través de relaciones en parejas heterosexuales como algo hegemónico. En cuanto a la sexualidad, se han dado cambios trascendentales porque el imperativo de que las chicas llegaran vírgenes al matrimonio ya no es tan apremiante y las muchachas y muchachos tienen mayor libertad y tienen más relaciones sexuales de las que sus madres, padres y familiares imaginan. Sin embargo, a las chicas que son promiscuas se les condena, en cambio a los chicos, se les reconoce un estatus de ¿muy potente¿. Los hombres adultos practican la poliginia y las mujeres la monogamia sucesiva, aunque algunas mujeres además tienen relaciones de poliandria. En todo caso hay un doble estándar para valorar los asuntos de las relaciones del amor, de pareja, de libertad sexual que juzga duramente a las mujeres y es permisivo con los hombres. Lo que pude concluir a partir del testimonio de las personas entrevistadas sobre lo que actualmente puede estar pasando en Providencia y Santa Catalina en cuanto a relaciones de género, es que entre mujeres y hombres se está en un campo de disputa por el control de la autoridad en las parejas, las familias y el espacio público. Pero simultáneamente en el Sistema Social se mantiene una disputa por el poder, el modelo económico a desarrollar y su control y manejo entre sectores de clase y de ¿raza¿, en las que por supuesto están involucradas las mujeres. Por eso hablaré de un segundo cambio en el Orden de Género que se está produciendo en la actualidad y que a mi parecer es regresivo para las mujeres. El turismo sigue siendo el principal reglón económico de las islas, según las cifras oficiales, pero estas no incluyen las entradas provenientes de actividades ilegales como el narcotráfico y el contrabando. En los años recientes, los ingresos por narcotráfico han constituido un renglón importante en la economía y eso está llevando a un cambio en las relaciones de género, en las cuales las mujeres al no tener participación directa en este negocio, mucho menos protagónica, están perdiendo el poder que habían acumulado como género. No es que las señoras que lo habían ganado lo pierdan inmediatamente, sino que las nuevas generaciones de mujeres encuentran otra realidad con la que se enfrentan. El narcotráfico conlleva cambios de valores y según algunas personas entrevistadas, se está pasando de ser un pueblo trabajador y generoso a uno con una juventud consumista que se está acostumbrando al dinero inmediato. Algunas mujeres jóvenes en estas circunstancias están dispuestas a ser parejas sometidas de este tipo de hombres que las maltratan, las celan y las utilizan como objetos sexuales. Sobre la base de estas nuevas condiciones, las relaciones de género no estarían evolucionando hacia la equidad sino a roles muy divergentes entre mujeres y hombres en los que, a pesar de que las mujeres ejercen liderazgos y oficios considerados tradicionalmente como masculinos, siguen siendo responsables principales de los oficios domésticos. Algunos de los hombres jóvenes estudian y se vuelven profesionales, pocos siguen con la pesca y la agricultura y muchos se dedican a otros asuntos como ¿embarcarse¿ o ser hombres de mar, pero ahora en lanchas rápidas que llevan cargamentos de cocaína a puertos de otros países. Las relaciones de género en las que las mujeres tienen poder y las que se empiezan a establecer, con nuevas generaciones de mujeres que lo empiezan a perder, conviven simultáneamente. Es ciertamente una disputa que no se ha resuelto y el desenlace dependerá de si las nuevas generaciones de mujeres se vuelven funcionales a los intereses del narcotráfico, aún las mejor preparadas, y ceden el poder a los nuevos ricos de este negocio ilícito, o se logra el fortalecimiento de un turismo sostenible que preserve el medio ambiente y dé opciones para la agricultura y la pesca de modo que las mujeres sigan siendo una parte importante de quienes controlen las instituciones. Puede ser también que durante bastante tiempo las dos situaciones se mantengan hasta que algún factor externo o interno determine qué pasará, de modo que se plantea entonces un desenlace abierto a cualquier posibilidad sobre el cual se debe mantener la atención. No se puede afirmar en estos momentos que las mujeres han sido sometidas, ya que las de mediana edad y las mayores de 60 conservan poderes a los que no renunciarán fácilmente. Pero las jóvenes están siendo despojadas de las condiciones de ventajas y garantías de las que disfrutaban sus madres y abuelas. En todo caso, no se puede generalizar respecto a que en todas las parejas, las instituciones y espacios públicos y privados esto es así, porque las relaciones de género no son de un solo tipo sino que hay varios circuitos funcionando simultáneamente dentro de la sociedad de Providencia y Santa Catalina. Dado este panorama, mi conclusión es que las mujeres manejaban hasta hace poco las familias y la administración pública en Providencia y Santa Catalina porque a los hombres les iba mejor ocupándose como capitanes y marineros hace varias generaciones y ahora embarcándose en cruceros o trabajando en oficios más rentables por fuera o en el comercio de contrabando. Entonces era más conveniente para el Sistema Social que las mujeres asumieran la dirección de la casa y de los asuntos de la administración local porque los hombres podían garantizar ingresos principalmente de fuentes que casi siempre estaban por fuera de las islas, algunas legales y otras ilegales como el contrabando, pero con el narcotráfico ocurre otra cosa, como he dicho ya. Mientras que con las funciones sociales relacionadas con el papel de dirección de la casa y de los asuntos de la administración local las mujeres se empoderan y son fundamentales para el funcionamiento del Sistema Social, con las actividades asociadas al narcotráfico se genera un tipo de relaciones de género en que se valoran la aventura y el peligro como formas de masculinidad y lleva a que las mujeres se vuelvan dependientes y accesorias en la producción económica; su valoración social pasa a depender de su belleza y disposición para atender las demandas sexuales de los nuevos ricos. En este nuevo modelo de desarrollo del Sistema Social, los hombres sí están interesados en manejar el poder local porque ello permite controlar condiciones para manejar con mayores garantías el negocio ilícito y no deben permanecer largos tiempos por fuera; al contrario, las islas se constituyen en su refugio cuando no son capturados, encarcelados o desaparecidos. En Providencia y Santa Catalina ha habido correspondencia entre el Orden de Género y el Sistema Social, que se co-constituyen recíprocamente. Sin embargo, en el cambio en las relaciones de género que hubo para la generación de las personas entre 39 y 59 años, favorable a las mujeres, no hubo correspondencia entre lo avanzado por ellas en términos del acceso al trabajo remunerado, a la autoridad y al poder en las instituciones y el orden simbólico, que siguió siendo patriarcal. En todo caso, había cierta correspondencia entre el empoderamiento de las mujeres y el funcionamiento económico y cultural del Sistema Social que requería que para poder mantener a flote las islas, los hombres emigraran y las mujeres se quedaran ejerciendo gran parte de los oficios y del poder, asunto que se facilitó por el mayor acceso de ellas a la formación profesional o técnica a través de la educación. Nuevos escenarios para investigar Como se puede deducir por todo lo antes expuesto, muchas cosas quedan por investigar en lo relacionado con mi objeto de estudio. Por ejemplo sería necesario hacerle seguimiento a lo que ocurra en las islas tras el surgimiento del nuevo escenario que se presenta como consecuencia del Fallo de la Corte Internacional de Justicia de la Haya, el cual le concede a Nicaragua gran parte de las áreas marinas y submarinas que pertenecían a la gente del archipiélago, más que a Colombia o a cualquier otro país. Esto podría llevar a que en esas aguas en donde la Armada Colombiana controlaba el paso de embarcaciones del narcotráfico, este se intensifique por la menor capacidad de control de Nicaragua. Esto quizá conllevaría a una mayor participación de los hombres jóvenes de Providencia y Santa Catalina en este circuito ilegal. Podría darse el caso, en un nuevo escenario de mayor involucramiento de los hombres de las islas en el narcotráfico, de que las mujeres que se habían empoderado se vean relativamente desplazadas en su importancia porque el narcotráfico las desalojaría del control del modelo de desarrollo, de la economía y las instituciones de las islas. Pero igualmente, si los representantes del narcotráfico (sean mujeres u hombres) se hacen con el control del poder local, se daría un retroceso en las relaciones de género que en todo caso iría en correspondencia con las nuevas dinámicas del Sistema Social emergente, lo que volvería a ponerlos en correspondencia, aun cuando uno y otro sean regresivos para las mujeres de las islas. Esperemos que este no sea el caso y que, como ha sucedido hasta ahora, las mujeres sigan liderando la lucha por la defensa del territorio de los grandes proyectos de mega hoteles, de los intentos de exploración y explotación de petróleo en aguas marinas adyacentes a las islas y ahora del peligro de la imposición de un modelo de desarrollo depredador de la naturaleza, de la sociedad y de los avances en la posición en la sociedad que ellas han alcanzado.