Diferencias en la percepción de la toxicidad del tratamiento quimioterápico en cáncer de mama y su influencia en la calidad de vida relacionada con la salud

  1. Prieto Callejero, Blanca
Dirigida por:
  1. Francisco José Rivera de los Santos Director/a

Universidad de defensa: Universidad de Huelva

Fecha de defensa: 11 de diciembre de 2015

Tribunal:
  1. Eloísa Bayo Lozano Presidente/a
  2. José Andrés Lorca Marín Secretario
  3. M. Ferrit Martín Vocal

Tipo: Tesis

Resumen

El cáncer de mama es el tumor maligno más frecuente entre las mujeres de todo el mundo. En España se diagnostican unos 26.000 casos al año, lo que representa casi el 30% de todos los tumores del sexo femenino en nuestro país. La supervivencia global a 5 años para el cáncer de mama en España ha aumentado del 82,8% al 87% durante los últimos años, por encima de la media europea. Varios estudios han demostrado la eficacia superior del esquema formado por docetaxel, adriamicina y ciclofosfamida (TAC) sobre otros esquemas de quimioterapia utilizados para el tratamiento de cáncer de mama, en particular el esquema ciclofosfamida, fluorouracilo y adriamicina (FAC). Sin embargo, en la práctica clínica habitual, se emplea epirubicina en lugar de adriamicina ya que se ha observado tasas de respuesta similares con adriamicina 60 mg/m² y epirubicina 90 mg/m², aunque este último muestra menor cardiotoxicidad. La subestimación de las reacciones adversas puede conducir a una falta de este tipo de ajustes de dosis cuando sea apropiado, y, posteriormente, la dosis no ajustada puede reproducir o aumentar las complicaciones experimentadas en el ciclo anterior lo que conduce a un aumento de la mortalidad, hospitalizaciones evitables o retiro prematuro de la quimioterapia. Actualmente se considera necesario e incluso imprescindible el estudio de la Calidad de Vida Relacionada con la Salud (CVRS) como herramienta para valorar el tratamiento y el seguimiento que necesita cada una de las paciencias con cáncer de mama. Método Estudio observacional transversal llevado a cabo en el Complejo Hospitalario Universitario de Huelva entre mayo del 2012 y agosto del 2014. La muestra consistió en 110 mujeres con cáncer de mama en tratamiento quimioterápico, neoadyuvante o adyuvante, con el esquema TEC (docetaxel 75 mg/m² + epirubicina 75 mg/m² + ciclofosfamida 500 mg/m² + factor estimulante de colonias: filgrastim o pegfilgrastim) + triple terapia antiemética con dexametasona, aprepitant y ondansetron) y que al menos llevasen un ciclo de dicho esquema. Resultados Así mismo, existe una clara diferencia entre la percepción del oncólogo sobre la frecuencia de toxicidades y la realidad que percibe durante la consulta médica. Siendo esta realidad una infraestimación de la toxicidad percibida por la paciente. Existe una gran variabilidad entre el conocimiento de las toxicidades asociadas al esquema TEC por parte de los oncólogos. Además, la presencia de las reacciones adversas relacionadas con el esquema de tratamiento TEC merma notablemente la calidad de vida relacionada con la salud. En especial, náuseas, pérdida del apetito, disgeusia, neuropatía periférica, mialgia y edema periférico son aquellas toxicidades donde esta diferencia ha resultado significativa. Por último, este estudio ha contrastado una red de relaciones complejas entre los distintos constructos analizados (sentido de coherencia, relación médico-paciente, optimismo y pesimismo), junto con las reacciones adversas a la hora de intentar explicar la calidad de vida relacionada con la salud. De este modo, se ha contrastado la importancia de estudiar los aspectos psicosociales en pacientes con cáncer de mama, al igual que intentar paliar la sintomatología adversa y el fomento de una buena relación médico-paciente, lo que contribuiría a mejores niveles de calidad de vida. Conclusión En general, los resultado de este estudio mostraron que existe un margen de mejora en el proceso de atención al paciente oncológico (más específicamente en las personas afectadas por cáncer de mama). Estas mejoras incluyen la necesidad de una mayor conciencia de las reacciones adversas no hematológicas, la incorporación de medidas de información de las pacientes con el fin de obtener documentación más detallada de los síntomas asociados con el tratamiento prescrito.