Leopoldo Marechalgeometría simbólica y cosmogonía poética

  1. Montes Betancourt, Mónica Patricia
Zuzendaria:
  1. Javier de Navascués Martín Zuzendaria

Defentsa unibertsitatea: Universidad de Navarra

Fecha de defensa: 2015(e)ko urtarrila-(a)k 16

Epaimahaia:
  1. José Bernardino Torres Guerra Presidentea
  2. Luis Galván Moreno Idazkaria
  3. María Rosa García Gutiérrez Kidea
  4. Ángel Manuel Arias Urrutia Kidea
  5. Claudia Hammerschmidt Kidea

Mota: Tesia

Teseo: 118029 DIALNET

Laburpena

Recorrer la obra del argentino Leopoldo Marechal abre un camino sugerente pleno de símbolos y alegorías que condensan sus apuestas fundamentales. Su vasta producción, que abarca todos los géneros literarios ¿poesía, cuento, novela, ensayo, teatro- se mantiene fiel a una noción de viaje en la cual el hombre, en el mundo, se siente interpelado por el más allá. La vida es romería, es desplazamiento, búsqueda en el espacio, configuración del ser que se potencia en la exploración de los lugares. El hombre, el protagonista ¿Adán Buenosayres, Lisandro Farías, Megafón- , todos un alter ego de Marechal, se inquietan ante un mundo en crisis, mundo distópico. Los ejes y coordenadas, el cielo ¿arriba-, el infierno y el purgatorio ¿abajo-, la casa como centro, los suburbios como mundo de afuera, confieren estructura a una realidad de desencanto, creación contaminada. Las nociones ¿arriba¿, ¿abajo¿ configuran deícticos plenos de sentido metafórico en la obra del autor, ofrecen la alternativa de la verticalidad a ese mundo en el que es fácil perderse. Asimismo, la noción de centro ¿casa, corazón, alma, templo- establece la oposición entre los conceptos dentro y fuera que derivan en la concentración y en la errancia. El orden se establece a través de ejes, de coordenadas, de puntos. Precisar el orden que rige la tierra impone ubicar las cosas en un lugar. El orden, en la obra del autor, es geometría que sitúa al hombre frente a sí mismo y frente a Dios y le obliga a interpelarse sobre su génesis y su apocalipsis. La geometría en la creación de Leopoldo Marechal inaugura una reflexión cosmogónica.