Influencia de los hábitos alimentarios y estilo de vida sobre el estado clínico-nutricional en un grupo de población universitaria femenina
- Gallardo Escudero, Alba
- Elena María Planells del Pozo Director/a
- Inmaculada López Aliaga Director/a
- María José Muñoz Alférez Director/a
Universidad de defensa: Universidad de Granada
Fecha de defensa: 30 de enero de 2015
- Antonio Pérez de la Cruz Blanco Presidente/a
- Javier Díaz Castro Secretario/a
- Jorge Molina López Vocal
- Carmina Wanden-Berghe Lozano Vocal
- María José Martínez Ramírez Vocal
Tipo: Tesis
Resumen
El presente estudio tiene como hipótesis básica demostrar la influencia que ejercen los hábitos alimentarios sobre el estado clínico-nutricional de las mujeres universitarias, así como el efecto que provoca su estilo de vida. El objetivo general de esta tesis se centra en la evaluación clínica-nutricional de una población de mujeres universitarias de la Universidad de Granada mediante el estudio de los hábitos alimentarios y estilo de vida, la valoración de las medidas antropométricas y de los indicadores hematológicos y bioquímicos. Con este estudio se pretende conocer el estado de salud y la influencia que ejercen los hábitos alimentarios y estilo de vida en estas mujeres para de este modo poder desarrollar protocolos de intervención educativa en el ámbito universitario potenciando los hábitos de vida saludables. Objetivos específicos: 1. Conocer los hábitos alimentarios y establecer comparaciones con las recomendaciones actuales. 2. Analizar los efectos que produce el estilo de vida en la muestra de jóvenes. 3. Identificar y cuantificar la posible influencia de la edad en el estado clínico-nutricional de las universitarias 4. Detectar alteraciones en el metabolismo lipídico, proteico y de hierro en este grupo poblacional. 5. Analizar la presencia de factores de riesgo cardiovascular en este grupo de universitarias. Conclusiones: Primera Los resultados de nuestro estudio muestran que casi la cuarta parte de la población universitaria femenina estudiada presenta desequilibrios en el IMC, fundamentalmente en las mujeres del grupo de menor rango de edad. Segunda Las universitarias estudiadas presentan en general un estilo de vida no saludable, con un mayor consumo de alcohol en las de mayor rango de edad, y un patrón de consumo centrado en el fin de semana en las más jóvenes. Una tercera parte de la población fuma con un incremento en el número de cigarros al aumentar la edad y tres cuartas partes de la población realizan una actividad física sedentaria-ligera. Tercera Los parámetros hematológicos y bioquímicos, en general, se encuentran dentro del rango de normalidad debido a que la muestra de mujeres universitarias es una población joven y sana. En cuanto al perfil lipídico, un tercio de la población estudiada presenta unos niveles séricos de colesterol-LDL superiores a las recomendaciones. Sin embargo, más de la mitad de la población tiene valores de colesterol-HDL superiores a los recomendados, constituyendo de este modo, un importante factor de protección cardiovascular. Cuarta En este grupo de mujeres el 92.6 % no llega al mínimo respecto a las recomendaciones dietéticas de la estrategia NAOS para fruta y verdura, consume con más frecuencia carne y derivados cárnicos que pescado y solo un tercio de las mujeres cumple la frecuencia mínima de consumo de aceite de oliva establecida por las recomendaciones de la estrategia NAOS. Quinta Se observa un grado de adhesión preferentemente medio-bajo a la dieta mediterránea, por lo que se precisa mejorar el patrón alimentario para adecuarlo al modelo mediterráneo, sobre todo en el grupo de universitarias de menor rango de edad. Conclusión general En la población universitaria femenina estudiada, existe la necesidad de mejorar el patrón alimentario mediterráneo, especialmente en el grupo de mujeres de 18 a 24 años, siendo indispensable concienciar a esta población sobre el perjuicio del consumo de tabaco y alcohol, y los beneficios de su abandono, potenciando la práctica de ejercicio físico. Además, sería aconsejable desarrollar protocolos de intervención mediante controles de estado de salud rutinarios, estableciendo e incorporando pautas de educación nutricional en el ámbito universitario.