Mitos sobre la violencia de pareja contra las mujeresConstrucción de una escala para su medida y primeras evidencias de sus funciones cognitivas

  1. TORO GARCÍA, VIRGINIA
Dirigida por:
  1. Hugo Carretero Dios Director/a
  2. Jesús López Megías Director/a

Universidad de defensa: Universidad de Granada

Fecha de defensa: 08 de febrero de 2019

Tribunal:
  1. Miguel C. Moya Morales Presidente/a
  2. Macarena de los Santos Roig Secretario/a
  3. María Soledad Palacios Gálvez Vocal
  4. Jesús Canto Ortiz Vocal
  5. Mercedes Durán Segura Vocal

Tipo: Tesis

Resumen

La violencia contra las mujeres es reconocida como una de las formas de violencia más persistentes e imbricadas socioculturalmente que existen (Organización de las Naciones Unidas [ONU], 2006). Décadas de investigación han evidenciado su presencia global y constante, así como su carácter flagrante y sus alarmantes tasas de prevalencia e incidencia (García-Moreno et al., 2013). Sus consecuencias, devastadoras para las víctimas, van más allá del daño físico y psicológico personal. En sus diferentes formas, bloquea el desarrollo económico y social e impide el progreso hacia comunidades plurales y libres. Millones de mujeres y niñas se exponen cada día a las secuelas directas o indirectas de este tipo de violencia. Secuelas que se mantienen a largo plazo y que afectan a ámbitos como la educación, la economía, el desarrollo profesional y personal, la salud física y mental o la familia (ONU, 1995). De esta forma, mantiene a las mujeres de todo el mundo en un estado de constante intimidación (Bohner & Schwarz, 1996; Brownmiller, 1975; Griffin, 1979). El orden social y económico bajo el cual se produce esta violencia pone de relieve un sistema estructural complejo que, en sí mismo, suscita la desigualdad de oportunidades, de poder y de derechos. De hecho, el reconocimiento por parte de la ONU en 1995 de que la violencia contra las mujeres supone una violación sistemática de los derechos humanos ha supuesto no sólo la visibilización del fenómeno como tal, sino la aceptación de que cualquier estrategia para erradicar su persistencia implica “confrontar las creencias culturales y las estructuras sociales que la perpetúan” (Heise, 1997, p. 29). Una de las formas más frecuentes y graves de violencia contra las mujeres es la que se produce en el ámbito de sus relaciones íntimas heterosexuales (IPVAW por las siglas en inglés de la expresión Intimate Partner Violence Against Women). Reconocida como una expresión notoria de esta construcción cultural, la IPVAW se sustenta en la reproducción de roles estereotipados entre mujeres y hombres, e ideas y mitos compartidos sobre el amor y la familia, aunque en numerosas ocasiones haya sido percibida socialmente como una cuestión minoritaria de discrepancias interpersonales de ámbito privado (Berns, 2001; Gracia, 2004). No obstante, en las últimas décadas, este tipo de violencia se ha instaurado en el debate político y social, lo que ha supuesto un cambio radical en la forma de evidenciar y entender la dinámica abusiva y desigual que ha primado en algunas relaciones de pareja. Esta expresión particular de violencia contra las mujeres constituye el eje central de nuestro trabajo. Los estudios empíricos sobre IPVAW se nutren considerablemente desde la perspectiva psicosocial y la tradición teórica feminista. Sintetizando mucho, podríamos convenir que sus aportaciones han puesto de manifiesto que la experiencia simbólica y subjetiva de las construcciones sociales basadas en el género (masculinidad, feminidad, roles sexuales, familia, amor, sexualidad…), constituye un marco analítico a través del cual explicar ciertos elementos indispensables para interpretar y erradicar esta violencia (Vescio, Schlenker, & Lenes, 2010). Desde ambas perspectivas se ha destacado que las creencias que existen sobre episodios de violencia íntima contra las mujeres se articulan sobre mitos, estereotipos y actitudes tanto sobre las propias víctimas, como sobre los agresores y el fenómeno en sí. Creencias que con frecuencia excusan la violencia atribuyendo culpa por lo sucedido a la víctima, justificando la agresión y exonerando al agresor y, en general, minimizando sus consecuencias. En último término, estas creencias actúan justificando y consintiendo la violencia en determinadas circunstancias (Waltermaurer, 2012). La presente tesis doctoral ha tomado precisamente como categoría analítica la percepción social de la violencia que se produce contra las mujeres por parte de sus parejas o exparejas masculinas. De esta forma, este trabajo pretende contribuir a una mejor comprensión de los factores ideológicos y actitudinales bajo los cuales se justifica y se acepta este tipo de violencia. La tradición empírica de la cual partimos se inició con el estudio de los factores contextuales y actitudinales relacionados con juicios sobre episodios de violencia sexual (para revisiones, véase e.g., Bohner, Eyssel, Pina, Siebler, & Viki, 2009; Temkin & Krahé, 2008). Esta tradición ha evidenciado la relevancia de ciertas actitudes, mitos y sesgos sobre la interpretación de dicha violencia, relacionándolos muy fuertemente con juicios y atribuciones negativas hacia las víctimas. Muchas de estas actitudes han sido concebidas como “mitos” sobre agresiones sexuales (Bohner, 1998; Burt, 1980; Gerger, Kley, Bohner & Sieble, 2007; Lonsway & Fitzgerald, 1994), cuyo estudio y conceptualización en profundidad ha derivado en que se les atribuyan funciones tanto cognitivas, como afectivas y comportamentales (para una amplia discusión sobre ellas, véase Bohner et al., 2009). Sin embargo, aunque en los últimos años el interés por el estudio empírico de estas actitudes y mitos se ha trasladado también al ámbito de la violencia de pareja, aún no existe un cuerpo amplio de investigaciones que examinen su repercusión en esta forma de violencia ni sus funciones, de la misma forma que tampoco existen disponibles medidas adecuadas para evaluarlos. La única escala específica que ha intentado su análisis hasta el momento ha sido la presentada por Peters (2008), que como explicaremos detalladamente más adelante, presenta diferentes insuficiencias tanto conceptuales como psicométricas. Por ese motivo, nuestro primer objetivo para este trabajo fue el diseño y elaboración de una medida de mitos sobre los malos tratos a las mujeres en relaciones de pareja y/o expareja. Una vez que diseñamos y validamos esta Escala de Aceptación de Mitos sobre la Violencia Íntima de Pareja, en versión española e inglesa, a la que hemos llamado AMIVAW por sus siglas en inglés (Acceptance of Myths about Intimate Partner Violence Against Women Scale), y comprobado que cumplía con los requisitos psicométricos exigibles, nuestro segundo objetivo fue iniciar el análisis de la posible función cognitiva de estos mitos. Debido a que pueden actuar como heurísticos, su función cognitiva estaría muy vinculada a la interpretación de claves contextuales o a la información que se le proporcione a un posible perceptor en relación a situaciones de IPVAW. De esta forma analizamos el papel de los mitos en la percepción de casos hipotéticos de IPVAW en función del estatus socieconómico de la víctima (SES) y su poder en la relación de pareja (poder diádico). La tesis doctoral que se presenta a continuación se ha estructurado en cuatro capítulos atendiendo al trabajo realizado. El capítulo I revisa la investigación existente sobre violencia de pareja contra las mujeres, desde una perspectiva psicosocial, con especial atención en los factores contextuales y actitudinales. De forma más extensa, nos centraremos en definir y explicar los planteamientos e investigaciones en torno a los mitos sobre este tipo de violencia para, finalmente, revisar y analizar las medidas existentes sobre actitudes y mitos. El capítulo II desglosa y especifica los objetivos y las hipótesis de investigación de los estudios empíricos de la tesis. En el capítulo III, se presentan los estudios empíricos llevados a cabo para lograr los objetivos inicialmente planteados. Por último, en el capítulo IV, se extenderá la discusión, las conclusiones notorias de este trabajo así como sus posibles implicaciones prácticas. Referencias Berns, N. (2001). Degendering the problem and gendering the blame. Political discourse on women and violence. Gender & Society, 15, 262-281. doi: 10.1177/089124301015002006 Bohner, G. (1998). Vergewaltigungsmythen: sozialpsychologische untersuchungen über täterentlastende und opferfeindliche überzeugungen im bereich sexueller gewalt [Rape myths: social-psychological studies about beliefs that exonerate perpetrators and blame the victim of sexual violence]. Landau, Germany: Verlag Empirische Pädagogik. Bohner, G., & Schwarz, N. (1996). The threat of rape: Its psychological impact on nonvictimized women. In D. M. Buss & N. Malamuth (Eds.), Sex, power, conflict: Evolutionary and feminist perspectives (pp. 162–175). New York: Oxford University Press. Bohner, G., Eyssel, F., Pina, A., Siebler, F., & Viki, G. T. (2009). Rape myths accep- tance: Cognitive, affective and behavioural effects of beliefs that blame the victim and exonerate the perpetrator. In M. Horvath & J. Brown (Eds.), Rape: Challenging contemporary thinking (pp. 17-45). Collumpton, UK: Willan. Brownmiller, S. (1975). Against our will: Men, women and rape. New York: Simon and Schuster. Burt, M. R. (1980). Cultural myths and supports of rape. Journal of Personality and Social Psychology, 38, 217-230. doi: 10.1037/0022-3514.38.2.217 García-Moreno, C., Pallitto, C., Devries, K., Stöckl, H., Watts, C., Abrahams, N., & Petzold, M. (2013). Global and regional estimates of violence against women: prevalence and health effects of intimate partner violence and intimate partner violence and non-partner sexual violence. Geneva, Switzerland: World Health Organization. Gerger, H., Kley, H., Bohner, G., & Siebler, F. (2007). The Acceptance of Modern Myths about Sexual Aggression (AMMSA) scale: Development and validation in German and English. Aggressive Behavior, 33, 422-440. doi: 10.1002/ab.20195 Gracia, E. (2014). Intimate partner violence against women and victim-blaming attitudes among Europeans. Bulletin of the World Health Organization, 92, 380–381. doi: 10.2471/BLT.13.131391 Griffin, S. (1979). Rape: The power of consciousness. San Francisco: Harper y Row. Heise, L. L. (1997). La violencia contra la mujer. Organización global para el cambio, En Edleson , J. L. & Eisikovits, Z. C., Violencia domestica: La mujer golpeada y la familia (pp. 19-58), Barcelona: Granica (ed. orig. 1996). Lonsway, K. A., & Fitzgerald, L. F. (1994). Rape myths. In review. Psychology of Women Quarterly, 18, 133-164. doi: 10.1111/j.1471-6402.1994.tb00448.x ONU (1995). Declaración de Beijing. IV Conferencia Mundial sobre las Mujeres. A/CONF. 177/20. Nueva York: Naciones Unidas. Recuperado el 15/06/2016 de: http://www.un.org/womenwatch/daw/beijing/pdf/Beijing%20full%20report%20S.pdf ONU (2006). Estudio a fondo sobre todas las formas de violencia contra la mujer (AG 61/122/Add.1). Nueva York: Naciones Unidas. Peters, J. (2008). Measuring myths about domestic vioence: Development and initial validation of the Domestic Violence Myths Acceptance Scale. Journal of Aggression, Maltreatment & Trauma, 16, 1-21. doi: 10.1080/10926770801917780 Temkin, J., & Krahé, B. (2008). Sexual assault and the justice gap: A question of attitude. Oxford, UK: Hart. Vescio, T. K., Schlenker, K. A. & Lenes, J. G. (2010). Power and sexism. In A. Guinote y T.K. Vescio (Eds.), The social psychology of power (pp. 363- 380). New York: Guilford Press. Waltermaurer, E. (2012). Public Justification of Intimate Partner Violence: A Review of the Literature. Trauma, Violence, and Abuse, 13, 167–175. doi: 10.1177/1524838012447699