Análisis del De Homero de Pseudo-PlutarcoHomero como fuente de las doctrinas filosóficas del mundo antiguo. Aportación a la datación y la autoría de la obra

  1. Rodríguez García, F.
Dirigida por:
  1. Enrique Angel Ramos Jurado Director/a

Universidad de defensa: Universidad de Sevilla

Fecha de defensa: 04 de diciembre de 2014

Tribunal:
  1. Emilia Ruiz Yamuza Presidente/a
  2. José María Candau Morón Secretario/a
  3. María Regla Fernández Garrido Vocal
  4. Joaquín Ritoré Ponce Vocal
  5. Inés María Calero Secall Vocal

Tipo: Tesis

Teseo: 370699 DIALNET lock_openIdus editor

Resumen

En este trabajo se han estudiado algunos capítulos de la segunda parte del tratado titulado "De Homero". Aunque este tratado se ha conservado entre las obras de Plutarco, se ha dudado de su autoría, al menos, desde el s. XVII y ya desde el siglo pasado la crítica en general niega que el escrito sea plutarqueo. A pesar de que ninguna propuesta de autoría ha tenido éxito, sí se está de acuerdo en que el autor no conocía la filosofía neoplatónica, razón por la que suele datarse el tratado en fechas anteriores a la aparición de dicha escuela. Sea cual fuere la mano que compuso De Homero, su propósito queda claro desde el comienzo de la obra: defender la paternidad homérica de todo el pensamiento griego mediante la exégesis de pasajes escogidos de Ilíada y Odisea. El análisis llevado a cabo en esta tesis tiene por objeto los capítulos 112 a 144 de De Homero 2, esto es, los que el autor dedicó a la filosofía y que, en concreto, tratan sobre la divinidad, el destino, el alma y la virtud. Se ha rastreado y analizado el mayor número de paralelos posibles en las literaturas griega y latina, tanto en lo que concierne a las exposiciones sobre filosofía hechas por el autor, como respecto a sus interpretaciones sobre los poemas homéricos. Con esto se buscaba rastrear en aquellos textos cualquier detalle que pudiera ayudar a datar con un poco más de precisión al autor, conocer cuáles pudieron ser sus fuentes, y si, a pesar de su eclecticismo, mostraba afinidad con alguna escuela filosófica en concreto. Los resultados de este estudio coinciden en general con la opinión de la crítica sobre el tratado: el eclecticismo del autor y el que, expuestas frecuentemente en su argumentación las perspectivas platónica, aristotélica y estoica, no tome preferencia por ninguna en concreto, llevan a pensar que no estuvo en contacto con ninguna escuela filosófica en especial (de hecho, probablemente el autor no se acercó a la filosofía griega más que a través de la doxografía, según puede deducirse de su propia expresión y de los paralelos hallados); por otro lado, el tipo de exégesis homérica cultivado en el tratado, esto es, la alegóresis de corte físico o teológico, como la que, a grandes rasgos, puede encontrarse en Heráclito el Homérico o los escolios y que más tarde compiló Eustacio en sus comentarios, es del tipo tradicional, anterior a la exégesis mística propia del neoplatonismo, lo que encajaría con la opinión generalizada que lo sitúa antes de aquella opción filosófica. Se advierte, no obstante, que la propia naturaleza de las fuentes en las que parece haberse apoyado el autor, es decir, la doxografía y la tradición exegética antigua, no permite conocer con claridad el sentir filosófico imperante en el momento de composición del tratado, más allá de su claro eclecticismo, por lo que la mera falta de referencias al neoplatonismo se muestra, a mi parecer, insuficiente con vistas a una posible datación de la obra.