Pensamiento antropológico de Laín Entralgoser humano y estar enfermo

  1. Llanos Peña, Francisco de
Supervised by:
  1. Jacinto Choza Director

Defence university: Universidad de Sevilla

Fecha de defensa: 20 July 2001

Committee:
  1. Antonio Claret García Martínez Secretary
  2. José María Rubio Rubio Committee member
  3. José María Prieto Soler Committee member
  4. José María Garrido Luceño Committee member

Type: Thesis

Teseo: 83242 DIALNET lock_openIdus editor

Abstract

¿Qué posibilidad de sentido guarda el "estar enfermo" en la vida del ser humano?. Desde la antropología médica de Laín Entralgo, pensada en clave zubiriana, el ser humano, dinamismo cósmico evolutivamente estructado, va configurando su realidad sustantiva mediante un proyecto que opera por apropiación de posibilidades; es persona, personalizándose. En su constitutiva "versión a", le es dado el otro en un encuentro petitivo, responsivo del otro. El momento final del mismo es una "convivencia diádica de projimidad" que llega a su perfección cuando ésta se hace amistosa ("cuando el plesíos se hace philos"). Cuando mi creencia en su menester y a mi entrega para remediarlo, coejecuto com placido lo que en él es vida personal, entonce mi prójimo es mi amigo. Por ello, el sentido de la vida de un ser humano que está enfermo y sufre en su experiencia de finitud, comienza a esclarecerse cuando otro ser humano com-porta la ayuda que necesita. "Sentido clínico" o amistad clínia podemos denominar a esta figura antropológica de carácter ayudador entre el enfermo y su médico o enfermera, el recurso humanizador más excelente con que éstos cuentan para la asistencia sanitaria. En la "doble apertura", de socorrencia y ayuda del encuenro interpersonal, el sentido clínico activa una respuesta de carácter ético: conocer, tratar, curar-cuidar al otro es lo primero; y así reconocer de hecho su dignidad como ser humano enfermo.Las ciencias de la salud y de la enfermedad han de construirse, entonces, desde la centralidad del ser humano enfermo socorrente, y abordar como cuestiones propias los límites de la existencia humana, sufragilidad ontológica, así como el poder interpretar la vida desde la enfermedad, el dolor y la muerte. Y puesto que la realidad del enfermo socorrente es la que realmente llama y se impone, el origen del sentido clínico no es otro que la vocación, dicha realidad, a su vez, cuestiona el sentido de la libe