El Rocío y su paisaje en la obra pictórica de Diego Luis Ramírez Trianacrónica de una exposición

  1. Ana Ramírez Torres
  2. Juan Carlos González-Faraco 1
  1. 1 Universidad de Huelva
    info

    Universidad de Huelva

    Huelva, España

    ROR https://ror.org/03a1kt624

Revista:
Revista Exvoto: para el fomento y la difusión del conocimiento de la devoción popular a Santa María del Rocío que se venera en su Santuario de Almonte (Huelva)

ISSN: 2253-7120

Año de publicación: 2022

Año: 12

Número: 11

Páginas: 155-172

Tipo: Artículo

Otras publicaciones en: Revista Exvoto: para el fomento y la difusión del conocimiento de la devoción popular a Santa María del Rocío que se venera en su Santuario de Almonte (Huelva)

Resumen

Este artículo pretende ser la crónica de una exposición que, bajo el título «El Rocío en su paisaje», reunió la práctica totalidad de la obra pictórica de Diego Luis Triana sobre esta temática. Esta hermosa y singular muestra se celebró, gracias a la feliz iniciativa de la Hermandad Matriz y del Ayuntamiento de Almonte, en la sala Jorge Camacho, de la Pinacoteca Municipal, desde el 21 de abril hasta el 30 de mayo de 2022, poco antes del traslado de la Virgen del Rocío a su santuario, tras una inédita permanencia de tres años en la iglesia de Ntra. Sra. de la Asunción de Almonte a causa de la pandemia de la Covid-19. Diego Luis Ramírez Triana nació en esta localidad onubense en 1946. Fue docente hasta su jubilación, y a lo largo de toda su vida activa fue asimismo un gran amante de la historia y las artes, y en particular de la pintura. En su trayectoria artística exploró diversos temas y estilos, pero fueron El Rocío y los paisajes de su entorno su motivo pictórico predilecto. Como se pudo contemplar en la exposición y puede, además, corroborarse en las páginas del exhaustivo catálogo que se publicó sobre ella, Diego Luis Ramírez logró plasmar en sus cuadros una personalísima visión del Rocío, de una belleza y una intensidad poética excepcionales. Esta colección de obras, pintadas con el esmero de un miniaturista y un profundo conocimiento de la devoción rociera y su territorio circundante, abarca un largo periodo de veinticinco años (1983-2008), en el que, dentro de una estética siempre reconocible, se constatan también cambios y evolución, desde la primacía casi absoluta de la imagen de la Virgen hasta un protagonismo, cada vez más evidente, de la naturaleza y sus criaturas. A lo largo de este camino, resplandecen la maestría, la elegancia y la emoción, tan líricamente expresadas, de este gran pintor almonteño.